Después de la crisis del 2001-2, con la implementación de un nuevo modelo de desarrollo económico-social en Argentina (2003-2015), se produjo un elevado crecimiento económico que se extendió hacia nuevos territorios del país. Una de las consecuencias de dicha expansión fue el aumento significativo de la población asalariada, a la vez que se produjo un incremento sostenido del empleo registrado en la seguridad social. Si bien existe un relativo consenso sobre el impacto que tuvieron estos cambios en la estructura social de todo el país, favoreciendo la expansión de la clase obrera calificada -empleada en el sector industrial y de servicios- y los estratos de clase media asalariada, aún no se han explorado con suficiente detenimiento las variaciones a nivel regional. En este sentido, en este trabajo nos proponemos realizar un primer acercamiento a la problemática, partiendo de la premisa de que en Argentina se han configurado a lo largo del tiempo distintas estructuras productivas a nivel regional que, junto con la capacidad de articulación del Estado, determinaron posibilidades de desarrollo y generación de empleo de diverso tipo.