Algo similar al drama, identificado con el teatro, emerge especialmente de los contextos rituales, apreciándose en forma superlativa en los rituales fúnebres. Estas representaciones pueden identificarse como performances y su estudio permite hacer inteligible la interactuación entre los sujetos y la vida circundante. Del registro visual de las acciones presentes dentro de los ritos mortuorios en los actores sociales del monte de Santiago del Estero, se comprueba que se plasman comportamientos que configuran verdaderos dramas, involucrando categorías axiológicas donde se reproducen aspectos sagrados, míticos y numinosos. Allí las conductas se ponen al servicio de sentimientos, emociones y un complejo lenguaje gestual, revelando funciones reproductoras y dinamizadoras, además de aquellas propiamente instrumentales. El poder de los símbolos está presente en esta forma de comunicación con su vasto repertorio sensorial y, en este sentido, cada uno de los intervinientes en el rito fúnebre transmitirá su lenguaje interactuante mediantes gestos faciales, posturas corporales, lágrimas, danzas, silencios prescritos, acciones lúdicas y palabras sujetas a convenciones. Esta diversidad emotiva que parece estar actuando sólo a nivel fisiológico, se sostiene por una matriz de pensamiento que penetra hasta las entrañas de estos procesos activos. Además nos comunica la magnitud que adquieren estas expresiones rituales multivocales como dramas sociales a lo largo del ciclo vital, configurando vías para interpretar la realidad. Aludiendo al desarrollo escenográfico que manifiestan, se apela a codificar ritualmente el dolor, controlar y conjurar la pena y regular conductas sancionadas por la ética social.