El trabajo intenta dar cuenta, a través de un caso que fue derivado por una obra social en el cual la terapia familiar fue sugerida por dictamen judicial, de las vicisitudes de la tarea terapéutica cuando la violencia familiar es sufrimiento de una familia con hijas adolescentes. La construcción de un dispositivo terapéutico que diera lugar a diálogos que permitieran hablar y reflexionar sobre los duelos congelados a la par que de los problemas actuales (muchos propios del ciclo vital donde los hijos son adolescentes), disminuyendo la violencia familiar, a la vez que rescatando los aspectos saludables y las redes de sostén y apoyo, fueron la directriz cuando los escritos judiciales eran’ utilizados’ como ‘herramientas de combate’ entre todos los miembros del sistema familiar conviviente, en el hogar así como en los encuentros con la terapeuta. Cuando los dictámenes judiciales son manipulados y desafiados en psicoterapia, también requieren de una danza del terapeuta, en el sistema terapéutico, para en principio evitar la judicialización crónica , a la par que aclarar los malentendidos y que los miembros del sistema familiar se involucren con la terapia y logren su crecimiento y autonomía (prescindiendo del Sistema Judicial y del terapéutico).