Diversos estudios, investigaciones e iniciativas políticas muestran que el Hábitat comunitario ofrece las posibilidades y potencialidades de apropiación y autonomía significativas para niños y niñas. Aunque esto no es nuevo (Hardt, 1992) en Latinoamérica (Corvera, 2014) y en Chile se refleja como algo emergente (MINVU, 2010) Los diversos ejercicios realizados por el mundo público (Consejo de la Infancia y la Adolescencia, 2015) y la sociedad civil (Fundación para la Superación de la pobreza, 2015)[1] evidencia que en contextos de pobreza y siniestralidad social, el hábitat comunitario, presente en barrios, localidades y sublocalidades territoriales, sigue siendo un lugar significativo en el bienestar en niños y niñas. Dentro de ese marco, el área de propuestas país de la Fundación para la pobreza, decide llevar adelante el año 2015 una investigación sobre la manera en que las oportunidades del mundo público presente en los diversos barrios, opera como un facilitador de estos procesos de bienestar y participación significativos en niños y niñas que viven en contextos de pobreza. En coordinación con el equipo del programa “Quiero mi barrio” (MINVU) de la región de Valparaíso (Chile), se produjo una investigación de tipo cualitativa, sobre siete barrios de las siete provincias correspondientes a dicha unidad geográfica, rescatando la mirada de veintiún profesionales, entre actores institucionales (escuelas) y de programas (públicos y públicos barriales). Entre los principales resultados y hallazgos, encontramos que las oportunidades públicas presentes en los barrios de la región son un facilitador potencial del hábitat comunitario, pero que no logran consolidar procesos de apropiación y autonomía infantil significativos, por diversas razones renuentes en barreras arraigadas en las y los profesionales, y pasivos de la propia comunidad local. En síntesis, aunque los niños y niñas siguen buscando la apropiación sobre su hábitat comunitario en contextos de pobreza, las oportunidades que ofrece el territorio está lejos de ser efectivos potenciales de realización y bienestar, sobre todo cuando los pasivos comunitarios – entendidas como prácticas inherentes a la comunidad- se presentan como los principales agentes que privan del derecho a los territorios y los barrios de la niñez. z Fundación para la Superación de la Pobreza 2015: “Jugando entre riesgos”,