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"El problema indio" en la ideología del indigenismo Latinoamericano
Carlos Alberto Merlo.
XXXI Congreso de la Asociación Latinoamericana de Sociología. Asociación Latinoamericana de Sociología, Montevideo, 2017.
Resumen
Desde fines del siglo XIX y hasta la década del setenta del siglo pasado, se sucedieron en Latinoamérica, dos ideologías con pretensión de cientificidad, el positivismo racialista y el indigenismo, que abordaron con diferentes enfoques el denominado <<problema del indio>>. Núcleo temático que supone la definición del concepto <<indio>>, problemática altamente compleja. Con la conquista de Indoamérica se plantea, si los aquellos habitantes del <<nuevo continente>> eran verdaderos seres humanos. Más adelante, desde el siglo XIX el análisis se plantea en términos científicos y políticos: ¿se trata de una raza, un sentimiento de pertenencia, una clase social, un sector social campesino, una nación, una casta, una formación previa al capitalismo? Para los positivistas, el indio era considerado como un resabio cultural y étnico en vías de desaparición. Esta tradición suponía la existencia universal de estadios evolutivos y la superioridad de la raza blanca sobre los pueblos originarios y los grupos mestizos. Asimismo, en el plano sociopolítico, el positivismo estaba ligado un estado-nación con ribetes oligárquicos. Por su parte, para los indigenistas, la cultura del indio era consideraba rescatable (en algunos aspectos) pero al mismo tiempo se la veía como parte del pasado. A su vez, planteaban que el mestizo era el sujeto de la nueva etapa histórica, signada por la asimilación del indio al mestizo y la conformación de sociedades homogéneas. Los indigenismos, (biologicistas, culturalistas y filomarxistas) aparecen vinculados -en mayor o menor medida- a políticas desarrollistas y populistas, que tratan de resolver el <<problema indio>> mediante estrategias asimilacionistas. El indigenismo biologicista propone una estrategia racialista y pretende alcanzar la unidad nacional a partir de la efectivización del mestizaje biológico, lo que permitiría engendrar una raza nacional y eliminar la pluralidad étnica. Por su parte, el indigenismo culturalista, apunta a una homogeneización fundamentalmente cultural, pero también económica racial y lingüística. Las políticas públicas indigenistas son un capítulo de una política más inclusiva de modernización social y un instrumento del estado por medio del cual se intenta transformar a la sociedad en nación. El indigenismo culturalista (mexicano) no obstante su adhesión al relativismo cultural, termina sucumbiendo a los supuestos del etnocentrismo, pues, aunque no busca la extinción de los pueblos originarios, propone que los indios deben aceptar los sistemas e instituciones de la nación, lo cual permitirían su integración en el sistema global. A fines de los setenta este enfoque comenzó a ser fuertemente criticado debido a que se consideraba que promocionaba políticas sociales etnocidas. La decadencia del indigenismo puede ser vinculada también a la crisis de los modelos populistas-desarrollistas, que implicó la crisis de la utopía moderna de un capitalismo con regulación estatal y sus premisas homogeneizadoras.
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