El Sistema de Información para la Prevención Comunitaria del Delito y la Violencia (SIPREC) de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, creado por la Ley Nº 2593, ha comenzado a realizar encuestas de victimización en la ciudad desde el año 2009, habiendo publicado hasta el momento sólo dos años (2009 y 2010). En ambas encuestas la gran mayoría de los vecinos de la ciudad eligieron a la inseguridad como el problema prioritario a atender por el Gobierno de la Ciudad. Lo interesante de estas mismas encuestas es que la mayoría de los porteños también expresó que entre las principales causas de la inseguridad se encuentran la pobreza, el déficit habitacional, de salud y educación, mientras que la falta de policía o la fragilidad de las normas punitivas se encuentran entre las causas menos mencionadas. Más allá de cuanto fundamento estadístico tenga en los ciudadanos su sensación de inseguridad, lo cierto es que esta problemática está siendo considerada por ellos como la punta del iceberg de un abanico mayor de problemas sociales en los que las políticas del Estado porteño son factor clave. En este sentido se observa que la gestión del PRO ha venido otorgando un crecimiento presupuestario exponencial a la Policía Metropolitana mientras que ha disminuido la inversión social a niveles record. Este trabajo pretende analizar cómo la gestión del PRO, contrariando lo que dicen los porteños, pareciera considerar a la inseguridad como un problema real, mientras que a sus causas como una sensación factible de ser desatendida.