La enseñanza frente a los problemas de la desigualdad La presentación puede enmarcarse en la preocupación acerca de los rendimientos diferenciales que logran en el sistema educativo los niños, niñas, adolescentes y jóvenes provenientes de sectores populares con relación a sus compañeros provenientes de otros sectores. Se parte de un principio mayormente aceptado por la sociología de la educación: los niños y las niñas provenientes de distintos sectores sociales no llegan en iguales condiciones a la escuela. Las condiciones culturales, de crianza y socialización en sus familias y comunidades de origen los han dotado de herramientas, más o menos adecuadas, para lo que exige la escuela tal como la conocemos. Algunos, los provenientes de los sectores medios, fueron previamente más adaptados a la exigencia escolar. Se propondrá, entonces, en línea con el planteo original de Basil Bernstein y un conjunto reciente de investigaciones, que el efecto de las distintas orientaciones didácticas no es independiente del sector social al que pertenecen los estudiantes. Estas distintas orientaciones pueden definirse según el grado de estructuración de las propuestas, que puede resumirse, solo de manera orientativa, en dos modelos: “modelo centrado en el docente”, “estructurado”, “sistemático”, con foco en “habilidades”, por un lado, y “modelo centrados en el estudiante”, “de baja estructuración”, “exploratorio”, “global” “con foco en procesos”, por el otro. Se reclama la necesidad de realizar una revisión crítica de estas orientaciones didácticas para evaluar su capacidad de aumentar, u obstaculizar, las oportunidades de éxito escolar de los estudiantes de sectores populares y sus posibilidades de acceder a niveles de conocimiento y saber que ayuden a una inserción ciudadana plena.