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Disipación del desempleo o espejismos de la Argentina postdevaluación?
Salvia, Agustín, Fraguglia, Luciana y Metlika, U.
Lavboratorio/n Line, vol. 1, núm. 19, 2006, pp. 1-1.
  ARK: https://n2t.net/ark:/13683/pnKz/qnn
Resumen
La vinculación entre los cambios estructurales y el deterioro de la situación social a fines del siglo XX en la Argentina, forman una idea fuerza ampliamente aceptada. Avala esta línea de diagnóstico una extensa literatura que describe el alcance del problema en términos de pobreza, desempleo, precariedad laboral y desigualdad en la distribución del ingreso. Entre sus causas funcionales, el problema tiende a ser explicado por la volatilidad económica que ha experimentado el país y la debilidad institucional del Estado. En cualquier caso, se reconoce como causa más estructural la falta de un programa estratégico de desarrollo capaz promover un crecimiento relativamente estable e integrar al país al escenario de una economía globalizada. En este contexto, la crisis del empleo resulta un fenómeno especialmente complejo cuya explicación -tal como destacan la mayoría de los trabajos de investigación- no se reduce a los cambios estructurales de la última década. Sin embargo, también es cierto que durante el programa de reformas estructurales ?bajo el régimen de convertibilidad-, el deterioro del mercado de trabajo argentino alcanzó una virulencia significativa, afectando en forma global y cualitativa la estructura social del trabajo. En términos de balance resulta evidente que el deterioro del empleo constituyó un rasgo característico tanto de las fases de crecimiento (1991-1994 y 1996-1998) como de crisis (1995-1996 y 1999-2001) a lo largo de la década del noventa. Este deterioro ha dejado en evidencia un mercado de trabajo heterogéneo en cuanto a su funcionamiento interno y a las oportunidades de movilidad ocupacional y social que genera. La literatura aborda la descripción del problema en términos de heterogeneidad sectorial (empleos en el sector formal o el sector informal) o en términos de precariedad laboral (empleos registrados y estables o empleos precarios o inestables) o en términos de desajuste entre la calificación demandada de los nuevos puestos y la calificación de la fuerza de trabajo. En cualquier caso, la calidad del empleo creado constituye un indicador importante para evaluar los desequilibrios del mercado de trabajo o, incluso, llamar la atención sobre la existencia de mercados que funcionan de manera segmentada. La salida del modelo de la convertibilidad y la reactivación económica y ocupacional ulterior a la crisis de dicho modelo generan un conjunto de interrogantes relevantes en cuanto al actual comportamiento y las perspectivas que presenta este mercado de trabajo. Por donde se los miré los datos oficiales sobre crecimiento de la actividad, el empleo y la ocupación horaria resultan positivos y promisorios. Ahora bien, ¿en qué medida la recuperación económica está implicando un cambio en el funcionamiento del mercado de trabajo? ¿Qué alteraciones se están produciendo en términos de calidad del empleo y en la estructura del desempleo? El presente artículo aborda estas preguntas analizando distintas formas de empleo y de desempleo, bajo la hipótesis de que a pesar de la recuperación económica y laboral, se mantiene vigente un mercado de trabajo segmentado en cuanto a sus rasgos estructurales y modos de funcionamiento. De este modo, se busca un acercamiento que brinde mayores elementos de análisis con el objetivo de evaluar los cambios ocurridos en la ?calidad ocupacional? durante el período 2003-2005. Este análisis considera: 1) diferentes formas de inserción laboral, así como condiciones productivas e institucionales asociadas a cada inserción, en términos de estabilidad, protección, cantidad de horas trabajadas e ingresos laborales; y 2) diferentes formas de desempleo, tales como el desempleo de tipo ?friccional? y la desocupación de carácter estructural. La información empírica fue elaborada a partir de los microdatos trimestrales de la Encuesta Permanente de Hogares del INDEC (Continua), correspondientes al período que va del 3º trimestre de 2003 al 3º trimestre de 2005, para el total de aglomerados urbanos del país relevados por el INDEC. A la luz de la investigación histórica, si bien parte del deterioro se vincula con las políticas emprendidas durante los noventa, tal situación corresponde ser ubicada en el contexto más amplio de la decadencia que durante más de 30 años caracterizan al capitalismo argentino. Este diagnóstico presenta amplia coincidencia desde programas y espacios de investigación que sostienen paradigmas divergentes, tales como FIEL (2001), PNUD-Argentina (PNUD, 2002), el Observatorio de la Deuda Social - UCA (Salvia, y Tami., 2004), PIETTE-CEIL (Neffa, Battistini, Panigo y Pérez, 1999), OIT-MTESS (Monza, 1995), UNGS (Altimir y Beccaria, 1999);(Gasparini, 2005). En igual sentido, los hallazgos y las conclusiones alcanzadas por Grupo Cambio Estructural y Desigualdad Social del Instituto de Investigaciones Gino Germani (FCS/UBA) (Salvia, 2005). De todos modos, cabe no perder de vista que se trata de un problema cuyas causas no son sólo imputables a condiciones endógenas sino también a factores y cambios que han operado a nivel internacional.
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