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Adolescencia y adultez temprana: etapas complejas en el desarrollo humano
Hernández-Corona, Manuel Edgardo y Cuanalo-Sánchez, Eduardo Arturo.
En Rojas-Solís, José Luis, La investigación, prevención e intervención en la violencia de pareja de adolescentes y jóvenes del. Puebla (México): CONCYTEP.
  ARK: https://n2t.net/ark:/13683/pTkn/Y3w
Resumen
La adolescencia es un proceso de cambio constante en el crecimiento y desarrollo biológico, psicológico y social de varones y mujeres que inicia en la niñez, entre los 10 y los 13 años, y finaliza aproximadamente a los 18 años. Los cambios más significativos en esta etapa abarcan la transición de la infancia a la adultez, lo que biológicamente implica producciones hormonales que dan lugar a los caracteres sexuales secundarios que más tarde integrarán elementos que determinarán su experiencia sexoafectiva. Psicológicamente, representa una etapa fundamental para el inicio de la autonomía a partir de la construcción de la personalidad que se fortalece a través del autoconocimiento y autoestima. Socialmente, busca la propia identidad valiéndose de las opiniones de los pares, minimizando las de los padres y madres, para sentirse incluido dentro de un grupo social, lo que involucra la apropiación de vestimentas, conductas y valores ajenas a ellos. En este sentido, la o el adolescente es propenso a factores de riesgo al ser un reflejo de la sociedad en la que vive. Por otra parte, la adultez emergente es un periodo que comprende de los 18 a los 30 años aproximadamente, en donde se establecen nuevas formas de vida debido a que las personas se centran en el desarrollo de habilidades personales, laborales y sociales en diversos ámbitos. De igual manera, se caracteriza por la presencia de una serie de cambios que se manifiestan en tres componentes. El primero es el biológico, el cual abarca el ciclo vital, la sexualidad y se relaciona con la condición física interna y externa del individuo; el segundo es el psicológico, que indica el nivel de adaptación del sujeto a cumplir normativas sociales, como los sentimientos, motivaciones y actitudes, al igual que las capacidades de razonamiento y la resolución de problemas de la vida cotidiana, y por último el social, que indica la posición que cada persona tiene dentro de la sociedad, de acuerdo con sus normas sociales. Aunado a lo anterior, es necesario destacar que en esta etapa la calidad de vida y los hábitos juegan un papel importante, ya que pueden favorecer o perjudicar diversos aspectos en el desarrollo físico y cognitivo del individuo, así como sus relaciones interpersonales.
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