La corriente ortodoxa en Economía (de orientación neoclásica) parte de supuestos que entienden a la sociedad como formada por individuos egoístas, pero racionales, que buscan satisfacer sus necesidades y deseos con la menor cantidad de trabajo, esfuerzo y sacrificio, lo cual deja entrever la existencia del cálculo. A su vez sostiene que los hombres están motivados por deseos ilimitados mientras que los medios para satisfacerlos son finitos. En los últimos tiempos hemos asistido al crecimiento de circuitos de producción, distribución y consumo de mercancías que se encuentran basados en ciertos principios que ponen en cuestionamiento las premisas que guían el pensamiento económico hegemónico en el mundo occidental. Estos se pronuncian en pos de la construcción de un “nueva economía” que priorice el cuidado del medio ambiente y la ”humanización” del mercado. Tal es el caso del Centro Comunal de Abastecimiento El Galpón de la Ciudad de Buenos Aires, el cual puede ser definido como un mercado de "comercio justo" y "consumo responsable" en el cual me encuentro realizando trabajo de campo. Mi propósito en este trabajo es analizar las prácticas de consumo que se establecen en este espacio en relación a las premisas básicas del pensamiento económico hegemónico, para así dar cuenta que mas que estar inscriptas en racionalidades diferentes y opuestas, las mismas se relacionan de tal forma que revelan la coexistencia, mixtura, porosidad entre el tipo de disposiciones y conductas que han caracterizado cada una de estas lógicas. Los datos analizados hasta el momento evidencian que las prácticas de consumo en el Galpón se organizan en torno a la valorización de disposiciones y practicas que han sido generalmente consideras como “extra-económicas”, tales como adquisición de hábitos asociados a un estilo de vida más sano y saludable, la sustentabilidad y el cuidado del medio ambiente, así como también una lectura de las prácticas de intercambio mercantil que destaca su papel en la construcción de relaciones sociales no solo “económicas”, sino también “políticas”.