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“De auto-agresiones e intentos de suicidios. Prácticas y representaciones juveniles en contextos de desigualdad”
RUTYNA Nancy Edith - FFYL-UBA.
VII Jornadas Santiago Wallace de Investigación en Antropología Social. Sección de Antropología Social. Instituto de Ciencias Antropológicas. Facultad de Filosofía y Letras, UBA, Buenos Aires, 2013.
Resumen
Mi percepción – como antropóloga social – de algunas prácticas juveniles recurrentes en ámbitos barriales y escolares a los que he accedido hasta ahora como parte de mi actividad laboral, me llevó a proponerme describir y analizar los contextos de vida y las trayectorias socioeducativas de jóvenes que se auto-agreden o que han intentado suicidarse para visibilizar los posibles entramados en los que estas prácticas juveniles se inscriben, y las representaciones que estos jóvenes producen de sí mismos. En estos ámbitos, los mismos funcionarios escolares que conocen de estos intentos de suicidio (o su concreción) así como las prácticas de autoagresión, consideran que para prevenir futuros incidentes es preferible mantener ocultos los hechos. Es por ello que, en esta presentación problematizaré las diversas formas de intervención estatal (escolar y clínico-médica) en torno a estas prácticas: su negación, su ilegetimización y consecuentemente la estigmatización y discriminación social de las mismas, tanto como de las representacions juveniles asociadas. A partir de los interrogantes que guían actualmente mi trabajo etnográfico considero posible pensar que nos encontramos frente a nuevos saberes juveniles (en tanto dialéctica entre prácticas y representaciones) que son emergentes de un entramado de relaciones sociales que les ha socio-histórica y culturalmente negado espacios de manifestación y participación social a los jóvenes que se auto-agreden e intentan suicidarse. Estos saberes juveniles no sólo deben ser considerados a partir de los contextos sociales en que estos jóvenes han crecido y viven, sino también es necesario vincularlos a las trayectorias socio-educativas en las que se insertan. Por lo cual supongo que la escolarización formal de características homogeneizadoras, en el actual contexto de obligatoriedad secundaria y de estrategias educativas orientadas a la “inclusión”, está agudizando los procesos de desigualdad, discriminación y estigmatización social de los jóvenes considerados “diferentes” o “no deseados”. Esta incapacidad de “integrar” procesos de diversidad y desigualdad, y, por ende, de “excluirlos” de las estructuras homogeneizadoras escolares, se ven asimismo reflejadas en los altísimos índices de repitencia, deserción y fracaso escolares. Aún a pesar de ello, estos jóvenes manifiestan su heterogeneidad en forma de oposición, resistencia y ruptura, a través del único medio concreto que poseen como recurso: su corporalidad. Y a partir del uso de sentidos diversos en relación al cuerpo y al auto-cuidado de los mismos transmiten disconformidad y necesidad de cambio en relación a la estructura económica y política de los contextos en que están interactuando; interpelando la necesidad de acceder a espacios sociales en los cuáles puedan construir una identidad como jóvenes y alumnos que incluyan sus sentidos y símbolos juveniles.
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