A partir del año 2003 tiene lugar un giro en la política social en el cual el trabajo adquiere un rol central como organizador de la vida social de los sujetos y garante de la inclusión social. Estas políticas se enmarcan en el llamado modelo económico de crecimiento con inclusión y tienen como objetivo el fomento de la economía social. En esta ponencia nos interesa analizar cómo ciertos organismos estatales retoman una visión de la economía social y solidaria y del cooperativismo, a la hora de planificar e implementar políticas sociales destinadas a la población de mayor vulnerabilidad social. En este sentido, nos centraremos en el Programa de Ingreso Social con Trabajo “Argentina Trabaja” del MDSN, incorporando algunas motivaciones personales que surgen de nuestra experiencia como tutoras territoriales del mismo. Entendemos que la implementación territorial del programa es un proceso dinámico que no está exento de contradicciones ya que implica múltiples negociaciones entre sectores heterogéneos. Es desde este lugar que es necesario poner en juego un enfoque que vaya más allá de la distinción dicotómica entre estado y sociedad civil y entienda a la política social como un proceso dinámico que se actualiza en la cotidianeidad. La política social es reescrita y negociada de acuerdo a los sentidos y significados atribuidos por los múltiples actores que la “hacen”, sean representantes de movimientos sociales, funcionarios del estado o beneficiarios del programa. Consideramos que el análisis de la política pública resulta central para pensar las formas de movilización colectiva de los sectores subalternos en interacción con agencias estatales.