Durante las últimas décadas ha crecido notablemente el interés por “lo común”, los “bienes comunes”, los “comunes” y “el bien común”. Distintas perspectivas filosóficas, políticas, sociológicas, y económicas han producido reflexiones en torno a estos conceptos y su alcance. Asimismo, estas nociones han sido también objeto de deliberación en la militancia y el activismo -nutriéndose del campo de reflexión teórico-política y contribuyendo a su despliegue. Estos debates han dejado en evidencia que coexisten significados diferentes y muchas veces antagónicos (Álvaro 2020). Sus desarrollos se imbrican en procesos de contestación de la expansión de variadas formas de cercamientos que supone la globalización neoliberal (Harvey 2004) y “que afecta a recursos naturales, recursos inmateriales -como la cultura o el conocimiento- bienes y servicios público-estatales e incluso al material genético” (Fernández Gonzáles y Monarca 2021). En este trabajo, asumimos la perspectiva de Dardot y Laval para aproximarnos a lo común y lo entenderemos como un “principio político transversal”, “como aprehensión institucional de bienes comunes y cómo dinámica emancipadora frente al neoliberalismo” (Cingolani y Fjeld 2019). Estos autores entienden que este principio es “meta-institucional” y que debe comprenderse como “algo que está en obra en la experimentación de nuevas instituciones”. En este sentido, lo común está ligado a la institución y a “la praxis instituyente”. Para Dardot y Laval, hay “entre lo común y la democracia” una identidad simple y pura. Para estos autores, “el principio de lo común no es otro que el principio de autogobierno (…) el principio de la democracia” (Cingolani y Fjeld 2019: 67). En este trabajo describo cómo un grupo de mujeres docentes y estudiantes efectúan experimentaciones de lo común al producir un auto eléctrico con el propósito de participar de carreras automovilísticas en la fórmula F. Esta competencia está organizada por una empresa petrolera nacional que busca promover el uso y desarrollo de tecnologías limpias. Estas mujeres (las Recargadas) pertenecen a distintas escuelas técnicas de la CABA y en el 2018 empiezan a auto-organizarse y a crear formas de trabajo, de enseñanza y aprendizaje en las que pueden apreciarse “hebras de lo común” (Fernández González y Monarca 2021). Este trabajo mostrará cómo esta “experimentación” ha promovida lógicas de lo común democratizando la enseñanza y el aprendizaje y la toma de decisiones en las distintas etapas de realización del proyecto. En esta experiencia, las docentes asumieron como punto de partida que todas (adultas y jóvenes) tienen capacidad de aprender, y tienen derecho a participar en la definición de las reglas que las gobiernan. En esta “experimentación” las Recargadas despliegan acciones de cuidado mutuo, de reconocimiento recíproco y de bienestar que han contribuido a configurar una identidad grupal como “mujeres técnicas”. Esta efectuación de lo común entra en tensión con lógicas de cercamiento mercantil, burocratizante y patriarcales que también han organizado prácticas, relaciones y significados en el sistema educativo.

En la Manzana 8 del barrio Playón de Chacarita se nuclean experiencias de diversa índole, coordinadas desde el Centro Barrial Luna Ortiz, entre las que se encuentran unidades productivas, una huerta agroecológica, un espacio de acompañamiento al consumo problemático, nodos culturales y espacios educativos. Constituye un espacio urbano singular, en tanto es un espacio público de un barrio popular ubicado en una zona céntrica de la Ciudad de Buenos Aires donde los vecinos fueron consolidando distintas estrategias de hábitat y uso común. Las producciones e interacciones que se suceden en estas experiencias conforman actividades que producen valor y que muchas veces quedan fuera de un registro formal por no ser consideradas como económicas. Emerge entonces la siguiente pregunta que motiva esta propuesta: ¿qué herramientas se pueden utilizar para identificar las diferentes actividades que producen valor y que quedan fuera de un registro formal por no ser consideradas económicas? Se considera que esta identificación contribuye un primer paso para el cuidado y la mantención de ciertas actividades económicas que se encuentran en puja. Siguiendo la propuesta de Gibson-Graham, Cameron y Healy (2017), el objetivo del presente trabajo es producir un inventario que permita la identificación de las diferentes experiencias que se producen dentro del circuito de la economía popular de la Comuna 15 de Buenos Aires más allá de las prácticas asociadas al trabajo asalariado, la empresa capitalista, la propiedad privada, las transacciones de mercado y las finanzas institucionalizadas (Gibson-Graham & Dombroski, 2020). La principal dificultad que presenta este objetivo es la identificación y clasificación simultánea de actividades económicas que tienen una valuación comercial (como sublimación, producción textil o gastronómica) y otras que no comercializan su producción, como un comedor, un taller deportivo o acompañamiento educativo. Dentro de este trabajo se considera que es necesaria la identificación de estas últimas actividades para su posterior cuantificación. Esta práctica sistemática de identificación a través del inventario posibilita, además, el registro de externalidades positivas y otros procesos cuantificables como la incidencia del circuito en el hábitat y la integración urbana de vecinos. El proceso conjunto de identificación y cuantificación contribuye también al reconocimiento de un espacio de un barrio popular de la Ciudad de Buenos Aires como un común. Referencias bibliográficas Gibson-Graham, J. K., Cameron, J., & Healy, S. (2017). Retomemos la economía: una guía ética para transformar nuestras comunidades. Medellín: Editorial Pontificia Universidad Javeriana. Gibson-Graham, J. K., & Dombroski, K. (2020). Introduction to The Handbook of Diverse Economies: inventory as ethical intervention. In The handbook of diverse economies. Edward Elgar Publishing.

A fines de 2015 se aprobó una ley anticonstitucional que reglamenta el funcionamiento de la AABE y transfiere los terrenos ferroviarios en desuso a dicho organismo, desafectándolos del uso ferroviario. Entre ellos se encontraban los principales pulmones verdes vacantes de la CABA: Villa Urquiza, Colegiales y Caballito. Luego se sumaron los terrenos del FFCC Mitre y San Martín que quedaron a nivel del piso al elevarse algunos tramos de esos ferrocarriles. Desde el gobierno nacional durante la gestión de Mauricio Macri primero y, transferidos al gobierno de Rodriguez Larreta en CABA, también de manera ilegal, se desató una carrera desenfrenada para entregar esos espacios a los especuladores inmobiliarios, en contra de la voluntad, las acciones y las instancias participativas vecinales (los Consejos Consultivos Comunales y las propias Juntas Comunales). El ejecutivo de la Ciudad incumplió las leyes que incluso el mismo gobierno presentó en la Legislatura. En la ponencia analizaremos los sucesivos ilícitos cometidos, las acciones de resistencia y las mentiras sistemáticas presentadas a los vecinos y vecinas organizadxs, para ir "corriendo el arco" a través del análisis de diversas estrategias de comunicación, manipulación, publicidad engañosa, destrato, abuso de autoridad e interpretación forzada de la normativa existente. Mostraremos también las situaciones urbanas distópicas que se han pensado y el negacionismo sistemático del colapso que se avecina, que cualquier habitante de la ciudad puede prever. Tomaremos como caso principal el del Playón de Colegiales, y luego agregaremos datos de otras resistencias con las que tenemos vinculación: el Parque de la Estación en Almagro, el Tiro Federal y el proceso de privatización de Costanera Norte, entre otros.

La efectividad de los mecanismos extractivistas epistémico-ontológicos (Grosfoguel, 2016) en América Latina han abonado diversas prácticas de re-existencia, formas de resistencias y de producción y reproducción de la vida en común. La impotencia -como exceso inarticulado de potencia- (Virno, 2021) del capitalismo y del modelo neoliberal, también posibilita la observación de otras formas producir lo común (Gladys Tzul Tzul, 2019), de ser y estar. Entre las capas de dispositivos que refuerzan mecanismos de control y des-subjetivación, se despliegan tramas subterráneas de proximidad. Nada puede impedir que el hombre se sienta nacido para la libertad (Weil, 2007), entendida como contorno de la relación entre el pensamiento y la acción. Insurrección, resistencia y re-existencias abren los pliegues donde anida cierta fuerza vital que aloja los saberes del cuerpo, el lenguaje y el deseo, como horizontes de restitución comunal in-disciplinaria (Gutierrez Aguilar, 2016). La antropofagia colonial engulle el saber de los cuerpos, la lectura de los astros, deglutiendo subjetividades y ultrajando lo sagrado, para regurgitar métodos de reproducción de un orden social omnipresente que uniforma lo diverso y ahoga la proximidad como posibilidad. Es en este escenario donde las categorías y conceptos que se proponen surgen del pensar y vivir la trama con los pies, como el frente de insurrección comunal donde sudan los cuerpos que se encuentran y danzan, ensayando espacios que dan lugar a otros espacios, vacíos y silencios que alojan posibilidad. Devenir artesanos de un otro orden social, a partir del diálogo comunal, como herramienta y práctica política decolonial a partir de una categoría común para las otredades sujetos de ese diálogo: el prójimo. En guaraní la garganta es nombrada con la expresión ñe’e raity que quiere decir “nido de la palabra-alma” (Rolnik, 2019). El cuidado de lo que anida en la garganta comunal supone un tiempo no lineal. Entonces, en ese nido -espacio- habitan los comunes sostenidos sobre la trama de las relaciones entre próximos. Latinoamérica, altar donde las alteridades son inmoladas por el gigante tirano etnocida, también es territorio de gestación y sostenimiento de tramas de lo común a partir del cuidado y la proximidad, que insisten en el silencio del mundo. La (des)aproximación acelerada en las cárceles del consumo se manifiesta en adicción normalizada y terror a la desobediencia. Sin embargo, en la vida comunal -en la calle, en los barrios-, se inscriben los relatos que narran procesos de ayuda mutua, gestión del padecimiento y organización colectiva. Desencorsetar epistémicamente las subjetividades producidas por el mercado deviene en otras posibles narrativas. Resuena el ritornelo, la coexistencia de otros mundos posibles en las intermitencias de lo común y la proximidad. La cartografía comunal es la partitura que sostiene unas notas, sin solución de continuidad. Este andar acaracolado de los comunes enlaza los acordes que suenan en el aparente silencio, inscriptos como condición de posibilidad de un principio de incertidumbre respecto de la posición y el momento para cada una. En el barrio Anacleto Medina suena una canción, y es la que les queremos cantar.

En esta ponencia me propongo analizar el “Encuentro Nacional de Docentes en Marcha” que se llevó a cabo el 13 y 14 de agosto por Docentes en Marcha Nacional (agrupación sindical). En el cual se propusieron diferentes espacios de reflexión y dialogo docente respecto a temáticas diversas. Me centraré en la comisión: “Reforma educativa, flexibilización laboral, programas, terciarización, extensión horaria, reformas de estatuto”. Allí se evidenció cómo docentes de diferentes provincias de nuestro país se encuentran atravesados por problemáticas comunes, la reflexión, la necesidad de ser escuchados y la búsqueda de posibles resoluciones o medidas a tomar a partir de la agrupación. Como docente de Nivel Inicial y estudiante de la Licenciatura en Educación de la UNSAM me vi interpelada por las relaciones entre los discursos presentados por los distintos compañeros y los contenidos presentados en una de las materias de la carrera (sociología de la educación). El análisis se centrará en dos aspectos a) la relación entre el presente docente y las perspectivas teóricas presentadas en la materia sociología de la educación de la universidad y b) La reflexión, el dialogo y la lucha docente con el objetivo común no sólo de mejorar la educación sino también de mejorar la condiciones materiales y simbólicas laborales. Basada en estos puntos pretendo visibilizar cómo los docentes buscan espacios de reflexión y crecimiento desde una mirada común; desde lo colectivo. Entendiendo que los cambios y las transformaciones se realizan a partir de redes compuestas por los diversos actores. Por lo anteriormente dicho el eje que se relaciona con mi presentación será: filosofía política de la vida en común, los bienes comunes y “los comunes” en sus vínculos con distintas perspectivas teóricas y activistas y/o en sus vínculos con la política pública. Palabras claves: espacio de reflexión, relación entre teoría y práctica, vínculos docentes, docente como trabajador.

Presentamos un caso que forma parte de nuestras investigaciones, enmarcadas en el encierro como contexto socio-educativo y las percepciones y prácticas de cuidado en dicho ámbito. Buscamos comprender “lo común” en tanto potencia, para la integración humana y la convivencia social. Se trata de un estudio cualitativo a través de la metodología de la investigación-acción-participativa con estudios en casos. El caso lo constituye la Cooperativa Liberté de la Unidad Nro. 15 del Complejo Penitenciario de Máxima seguridad de Batán, perteneciente al Servicio Penitenciario Bonaerense. Este colectivo constituye un caso discrepante en nuestra muestra que nos permite profundizar en la teoría. Se busca observar y relevar la experiencia autogestiva de la cooperativa mencionada que inició su trabajo desde el año 2014 y se desarrolla hasta la fecha. Para ello se ha trabajado con fuentes primarias tales como: realización de entrevistas en profundidad, grupos focales y observaciones de campo y con fuentes secundarias tales como: análisis de documentos oficiales y datos estadísticos. El colectivo estudiado en un comienzo se trató de la iniciativa de dos personas presas, que inspiradas en la palabra clave “autogestivo,” emitida paradójicamente por un personal penitenciario, constituyó la llave maestra que abrió la principal reja. Inicialmente realizaban venta de artesanías producidas por ellos mismos: relojes, cuadros, porta mates que vendían al mundo exterior. Estas ventas les permitían sustentar gastos cotidianos que el servicio no les proveía. Comenzó así un largo e intenso proceso de construcción de lo común que llevó a dar un viraje radical no solo del trabajo, sino de la vida de las personas en el encierro. Para el análisis de este caso nos ha resultado de especial interés la categoría de “lo común”. Asimismo son relevantes los desarrollos de Fernández Savater (2016) en torno a “la crisis del paradigma de gobierno” como así también el debilitamiento de la asamblea frente a la potencia de habitar el territorio y “hacer campamento”, para crear los mundos que somos. La colaboración en tanto constitutiva de lo humano y el concepto de interaccionismo simbiótico de Margulis constituyen aportes fundamentales de nuestro entramado teórico. También desde la biología, el concepto de apoyo mutuo de Piotr Kropotkin en clara oposición a la visión darwiniana, nos permite concebir la mutualidad como factor de evolución. En las apreciaciones finales señalamos que la realización y el diseño del cuidado está en manos de una colectividad que hace propia sus condiciones de ejecución. En este caso se observa que las personas de este colectivo han logrado atravesar la reja que separa la percepción de concebirse en tanto seres oprimidos y determinados por la estructura, a la percepción de sentirse seres autopoiéticos, autoreferenciales, (Maturana, Varela, 1984) capaces de autogenerarse en permanente diálogo con el contexto. “El caso Liberté” constituye una experiencia que avizora un giro político del punitivismo hacia una ética relacional, dentro de las instituciones penitenciarias. Se trata de un “saber estar en las organizaciones”, que involucra un Ser-Hacer colectivo y coevolutivo en torno a lo común.

La presente ponencia analiza estrategias y posicionamientos de sectores que han sido históricamente vulnerabilizados e invisibilizados -agricultores familiares, campesinos y pueblos originarios- en Argentina para promover comunitariamente la soberanía alimentaria, el desarrollo territorial y su revalorización identitaria y cultural. Nos basamos en dos experiencias concretas de nuestros recorridos de investigación basadas en metodología cualitativa con trabajo etnográfico, mediante la aplicación de las técnicas de observación participante y entrevistas en profundidad. Por un lado, se encuentra la experiencia innovadora de comercialización alternativa de la Agricultura Familiar “La Feria con Vos”, desarrollada con apoyo de la Estación Experimental Área Metropolitana de Bs As del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, como estrategia de reproducción socioeconómica en el territorio del periurbano de Buenos Aires durante la pandemia Covid-19, enmarcada, a su vez, en proyectos de investigación, extensión y vinculación tecnológica y en las ferias “Del Productor al Consumidor de la UNLaM” y de la “Feria Agroecológica Itu-AMBA”. Por otro, la implementación de dos proyectos por parte de dos pueblos diaguitas, Pueblo Tolombón e Indio Colalao (valle de Choromoro, Tucumán, noroeste argentino), financiado por el Programa de Pequeñas Donaciones (PPD) de Naciones Unidas. El objetivo de dichos programas es preservar el territorio ancestral, promover la gestión y resguardo de los bienes naturales y culturales comunes para garantizar el derecho a la soberanía alimentaria y el Buen Vivir de los pueblos. Entendemos, en primer lugar, que la producción y elaboración de alimentos locales son bienes naturales y culturales comunes, que, a su vez, producen sentidos de vida, revalorizan significados de cómo las poblaciones comprenden al territorio y su desarrollo, con sus saberes y conocimientos y modos de gestionarlos de forma colectiva para garantizar la seguridad y soberanía alimentarias, la consecución del Derecho Humano a la Alimentación Adecuada y el Buen Vivir. En segundo lugar, sostenemos que dichas prácticas y estrategias se enmarcan en contextos de pujas caracterizados por problemáticas de hambrunas, malnutrición, conflictos y tensiones entre organizaciones de pueblos originarios, campesinas y de pequeños/as productores, movimientos ambientales; y por el incumplimiento de derechos como son el Derecho Humano a Alimentación y a la Soberanía Alimentaria, al Desarrollo territorial con libre determinación de los pueblos, garantizados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo; y en leyes nacionales como la Ley Nacional Nº 27.118 “Reparación Histórica de la Agricultura Familiar para la construcción de una nueva ruralidad en la Argentina”, entre otras. En tercer lugar, concluimos que dicho accionar de agricultores familiares, campesinos y pueblos originarios para promover alimentos sanos y revalorizar sus bienes culturales permiten hacer efectivos dichos derechos, habilitan una estrategia para resistir y desmantelar el comercio libre y corporativo y el régimen alimentario actual; y promueven la revalorización local de los territorios con vistas a un desarrollo territorial sustentable, participativo, inclusivo y con revalorización de las identidades.

Los Bachilleratos Populares (BPs) de Argentina son escuelas secundarias populares y autogestionadas creadas en respuesta a las reformas neoliberales de los noventa y como una alternativa contrahegemónica dirigida a jóvenes y adultxs de clases vulneradas (Wahren, 2020). Puestas en marcha por organizaciones de base, el primer BP fue creado en 2004 por una cooperativa de investigadores y educadores populares que decidió “tomar la educación en sus manos” sin mediación estatal alguna. Se configuran, por lo tanto, como espacios que no son público-estatales, ni privado-mercantiles. Tras obtener el primer reconocimiento estatal de sus títulos en 2007, el número de BPs aumentó sensiblemente, contabilizándose casi cien BPs en 2016 (GEMSEP, 2016). Sobre la base de un estudio documental que incluye trabajos académicos y documentos elaborados por los BPs, ofrecemos un trabajo teórico-analítico en el que abordamos la experiencia de los BPs como una referencia empírica de las prácticas de commoning de signo anticapitalista (Caffentzis y Federici, 2015) en educación ya que: (1) anticipan en el presente prácticas inspiradas en un horizonte utópico; por ello son descritos como “experiencias prefigurativas” (Ouviña, 2012) o “terceros espacios” (Anderson et al., 2021). Este horizonte poscapitalista se refleja en su contenido curricular, que tiene como objetivo la “formación política de los sujetos” e incluye materias como “cooperativismo”. (2) Se organizan con fórmulas de democracia directa: la asamblea es el órgano clave de decisión. (3) El principio de horizontalidad se observa también en los métodos de evaluación y en sus esfuerzos por diluir la imagen del docente como figura de autoridad mediante parejas pedagógicas en las aulas. Desafían así la matriz liberal que define a la escuela de masas (Gluz, 2013). (4) Revelan rasgos propios de la producción de lo común en el escenario latinoamericano: protagonismo de las clases vulneradas y fuerte anclaje territorial en los espacios donde cobran cuerpo estos BPs (empresas recuperadas, sindicatos y barrios populares). (5) Finalmente, la experiencia de los BPs proporciona claves cruciales para entender los desafíos de las prácticas de commoning en un campo altamente regulado por el Estado, como es la educación, cuyo derecho ha sido configurado en el marco de las democracias liberales y cuya garantía se ha hecho efectiva a través de la escuela, institución creada en el marco de los procesos de construcción de los Estados. Este trabajo se enmarca en el proyecto posdoctoral EduCommon, financiado por el programa de investigación e innovación Horizonte 2020 de la Unión Europea bajo el acuerdo de subvención Marie Curie Skłodowska número 101027465.

Esta ponencia propone tratar, en el marco del debate sobre los procesos de producción de la vida y los bienes en común, algunas conceptualizaciones significativas acerca de la ontología de los comunes y la producción del común más allá de las políticas estado-céntricas. Se introducen aportes del filósofo italiano Roberto Esposito referidos a la noción de comunidad y su contrapunto con la idea de inmunidad, integrando al análisis de esas significaciones aspectos de la política de lo común desde el enfoque ecológico político del antropólogo colombiano Arturo Escobar y la mirada de la investigadora y activista social mexicana Raquel Gutiérrez Aguilar. Se considera la búsqueda etimológica sobre la comunidad desde el sustantivo communitas y el adjetivo communis realizada por Esposito que remite a un elemento vinculante -la preposición cum- y a otro disociativo -el munus- el cual denota un don obligatorio, el donum, como una forma de deber que da lugar a la comunidad. Ello constituye a la communitas como el espacio en el que los sujetos están unidos por una obligación -un don- que debe darse y que no puede no darse, configurando un circuito social de donación recíproca. Se recupera asimismo el contrapunto communitas vs. inmunitas: ante el riesgo implicado en el munus -dado que ser y existir en comunidad es comprometerse, exponerse-, la inmunidad aparece como huida de la prestación mutua. Así, en un ejercicio de despolitización se construye la figura del sujeto inmune protegido de los riesgos implícitos en las relaciones intersubjetivas como contrario del común. Este será el punto de partida para asociar al proceso de producción del común con una forma de relaciones construidas a partir de una red de compromiso y apoyo mutuos que no responde a regímenes de propiedad, idea que encuentra sustento en la ontología relacional del común y la lógica comunal planteadas por Escobar. Se rescata la incorporación por parte de Escobar de esta ontología y esta lógica en su interpretación de las luchas del PCN (Proceso de Comunidades Negras) de Colombia por el territorio y el proyecto de vida de las comunidades radicalmente opuesto al plan globalizador capitalista neoliberal de construir un mundo único. Las ideas de Gutiérrez Aguilar también aportan definiciones sustantivas sobre la política de lo común como antagónica a la apropiación privada de la producción colectiva. Se analiza el sentido conferido a lo común como punto de partida del movimiento dialéctico del hacer en tanto no capital, sometido por el capital, en cuyo transcurso emergen las condiciones que le permiten establecerse y expandirse mediante un proceso de autorreproducción simultánea del común y del hacer. Referencias empíricas de este proceso están presentes en diversos territorios latinoamericanos, en las singulares tramas asociativas de mujeres y varones constituidas para enfrentar y superar necesidades que -ante situaciones de despojo- reinventan la manera de hacerlo. Se concluye reflexionando sobre la potencia de las experiencias de recuperación del poder-hacer colectivo que enfrentan el despojo o la apropiación privada de la capacidad de hacer y dotarse de fines mediante prácticas reconstruidas entre todxs.

Partiendo de una perspectiva dinámica del concepto de los comunes y de lo común (Pechtelidis & Kioupkiolis 2020; Timmermann Korsgaard 2019) esta contribución propone un análisis del significado de los comunes y de lo común en la producción de políticas de equidad de educación en tiempos de globalización. Siendo la equidad un objetivo a desarrollar en el proceso de producción tanto de los comunes tanto como de lo común ((Pechtelidis & Kioupkiolis 2020), consideramos necesario replantearnos qué tipo de comunes y de común se debe perseguir y que condiciones para su producción son necesarios para garantizar el derecho a la educación equitativa de calidad en tiempos de globalización. Con este objetivo se propone una producción de los comunes y lo común basada en la concepción tridimensional de la justicia de Nancy Fraser (Fraser et al. 2010, Fraser 2004) compuesta en las siguientes tres dimensiones interrelacionadas: a) Redistribución: Esta dimensión está relacionada con una distribución justa de los recursos materiales. En esta dimensión se cuestiona los problemas de injusticia socioeconómica y estructuras político-económicas que dan origen la mala distribución de los recursos económicos y a las desigualdades económicas. b) Reconocimiento: Esta dimensión está relacionada con cuestiones de justicia cultural o simbólica. En esta dimensión se cuestiona toda tentativa de esencializar las diferencias de grupo y las políticas de identidad. c) Representación: Esta dimensión se relaciona con la dimensión política de la justicia. Se cuestiona por ende las estructuras antidemocráticas que impiden la igualdad de oportunidades para influir en las decisiones políticas a nivel local y global. Así pues se propone una producción de los comunes y de lo común basada en el equilibrio de esas tres anteriormente señaladas dimensiones de la justicia y se propone un análisis de los comunes y lo común a partir de las siguientes preguntas: a) ¿Qué tipo de desigualdades son consecuencia de las estrategias de redistribución, reconocimiento y representación en la búsqueda de los comunes y lo común en políticas de equidad? b) ¿Cómo se argumentan estas desigualdades? c) ¿Cuál es el costo de tales desigualdades? d) ¿Qué nivel de desigualdad puede y debe aceptarse para reconocer las diferencias? A partir de estas preguntas se presentan tres casos de la producción de los comunes y de lo común haciendo foco en tres elementos centrales del área educativa: los recursos económicos y humanos, la calidad del profesorado y la distribución de los estudiantes en tres contextos de sociedades de bienestar social diferentes: Argentina, España y Suecia. Referencias *Fraser, N. (2010). Scales of Justice. Columbia University: Press. *Fraser, N., Dahl, H.M, Stoltz, P. & Willing, R. (2004) Recognition, Redistribution and Representation in Capitalist Global Society: An Interview with Nancy Fraser. Acta Sociologica, Dec. 2004, Vol. 47, No. 4, Recognition, Redistribution, and Justice (Dec. 2004). *Pechtedelis, Y. & Kioupkiolis, A. (2020) Education as Commons, Children as Commoners. Democracy & Education, vol 28, no- 1 *Timmermann Korsgaard, M.(2019) Education and the concept of commons. A pedagogical reinterpretation, Educational Philosophy and Theory, 51:4, 445-455

A la luz de la sistematización de experiencias rurales y urbanas en América Latina realizada por Alicia Hopkins Moreno (2016) las prácticas y los sentidos de una justicia comunitaria permiten la construcción de categorías de potencial crítico frente al sistema judicial del Estado Nación y la forma societaria moderna. Por tal motivo en esta presentación volveremos sobre los supuestos filosóficos sobre los que se informan las dinámicas comunitarias de justicia, entendidas éstas como tres instancias: el acuerdo, es decir, el acto a partir del cual las partes concilian para resolver el conflicto; la reparación (resarcimiento o reposición); y la reeducación entendida como forma de reintegración comunitaria. Especialmente es de nuestro interés para esta reflexión los efectos que estas dinámicas producen en torno al ejercicio del poder y los procesos de subjetivación en común. Como último propósito, esta ponencia busca visualizar las posibles articulaciones entre la conservación o recuperación de capacidades comunitarias políticas y reproductivas, con una perspectiva ético política de incidencia conocida como el Enfoque de Derechos. Asimismo, nos interesa reflexionar sobre el Enfoque de Derechos en sus potencialidades como herramienta frente al despojo del Estado y el Capital, como así también, frente a la base estructural violenta del funcionamiento institucional.