En el marco del proyecto titulado “El territorio como relato. Prácticas comunicativas y construcción de ciudadanías en torno a un espacio público de San Juan. El Teatro del Bicentenario y sus adyacencias”, en el presente trabajo nos proponemos indagar los usos populares de un espacio público que en el discurso oficial aparece como “Barrio Cívico Cultural” o “Polo Cultural”. Este abordaje lo hacemos en relación tensional con los usos normativizados de este mismo espacio que la prensa digital local propone desde sus imágenes. En los últimos años la configuración del mapa urbano en la ciudad de San Juan (Argentina) ha sufrido múltiples y variadas transformaciones, tanto en lo físico construido como en la dimensión de lo simbólico. Esto último puede ser analizado a través de los diversos usos que realizan los sectores populares, prácticas como la re-apropiación, re-creación y re-significación de los espacios públicos. Consideramos interesante estudiar estos procesos desde los Estudios Culturales Latinoamericanos en su cruce con los estudios de la Comunicación. De acuerdo con Reguillo Cruz (2007), la pregunta por la ciudad debe estar orientada a entender en sentido profundo la formas de vivir un espacio específico, las formas de construir identidades, las formas de comunicarse, de exponerse y de replegarse. Y en esto el reconocimiento del carácter simbólico de la vida social es particularmente relevante. A decir de la autora mexicana, el desafío está en poder interpretar las representaciones colectivas a través de las cuales los sujetos construyen lo urbano -en sentido simbólico- como así también analizar las luchas que ellos liberan (o no) contra los poderes establecidos. El análisis debe orientarse hacia la interacción comunicativa, la lucha por la apropiación legítima de objetos y prácticas sociales, las fuentes de las que se nutren las representaciones y el imaginario colectivo que orienta la acción (medios y mediaciones). Para trabajar el uso normativizado del espacio público, tomamos como categoría de análisis el “régimen escópico” que nos permite advertir las construcciones hegemónicas que determinan “cómo debe ser mirada/usada” la ciudad, en este caso el Teatro del Bicentenario y sus adyacencias. Los usos del espacio son relevados a través de los relatos de los sujetos que practican el lugar y de registros fotográficos y videográficos. El régimen escópico es trabajado a partir de un corpus seleccionado de las imágenes publicadas por los diarios digitales locales de mayor visita desde abril de 2018 hasta abril de 2019. Como resultados parciales, podemos advertir una disidencia entre los usos populares de este espacio público y lo que de él se hace visible a través del discurso hegemónico.