La noción de meme como categoría conceptual nace dentro de la Teoría de la Difusión Cultural, y se refiere a la carga de información cultural que se transmite de una generación a la siguiente. En este sentido el meme se hospeda en la mente de uno o más individuo y se concibe como una unidad cultural que se traspasa de una mente a otra. Así, llega a establecerse en la estructura mental como una idea que se reproduce a sí misma. Ahora bien, ¿cómo puede traspolarse esta cuestión en el ámbito de las redes sociales? ¿Cómo se produce y se transmite un meme como información-idea en el espacio virtual de un usuario a otro? ¿Cómo constituyen las percepciones en el entramado social a partir de ello? Estas son algunas de las cuestiones que intentaremos abordar en este trabajo. Es necesario realizar una indagación sobre las reconfiguraciones que producen los usuarios al generar este tipo de contenidos. Por otra parte, también interesa conocer en qué niveles relacionales se producen, las influencias contextuales de la época que intervienen en su producción y los sustentos que alimentan este tipo de expresiones. El meme, como una unidad cultural, se transmite, no directamente de una mente a otra, sino de un dispositivo a otro. Sin embargo, hay una cuestión substancial a tener en cuenta: la transmisión de esta unidad se ve completamente potenciada por la capacidad de viralización de contenido que posee la Internet. Nos encontramos con un contenido que es capaz de transgredir fronteras y tener un alcance global. Esta nueva manifestación del lenguaje se presenta como una tendencia en las redes sociales. Da lugar a generalidades y, de cierta manera –por su alcance– constituye contenidos que se instalan en el flujo informativo. Sin embargo, con la misma facilidad con la que se difunden, desaparecen y son reemplazados por nuevos contenidos; pero ya nada es igual, siempre algo ha cambiado.