Los autores que se han ocupado de analizar y caracterizar el populismo, sobre todo, a los líderes calificados como “populistas”, identifican como uno de sus principales rasgos la confrontación con los medios de comunicación. ¿A qué se debe ese enfrentamiento? ¿Qué hay detrás de esta confrontación? ¿Obedece a funciones inherentes de los medios de informar, hacer críticas y gestionar denuncias sobre el desempeño de gobiernos y gobernantes? Sin duda, los medios de comunicación operan como una salvaguarda política de las sociedades occidentales como las latinoamericanas, al hacer efectivos dos de los derechos fundamentales de los gobiernos que se conciben democráticos: el derecho a la información y el derecho a la libertad de expresión. De ahí lo problemático de dar una respuesta única sobre dicho enfrentamiento. En este trabajo se expone los avances de un análisis de esa confrontación entre medios periodísticos y el actual presidente de México, a quien califican de “populista” mediante imágenes que lo igualan con el considerado principal enemigo de México: el actual mandatario de Estados Unidos. Aunque a uno lo tildan de “populista de izquierda” y, al otro, de “populista de derecha”, para los críticos más recalcitrantes o acérrimos, ambos son lo mismo: “populistas”. En esta exposición se parte de la idea de Van Dijk (2009, 2017) de que quienes producen noticias, a través de ideologías, construyen textos cuyas estructuras tienen un impacto en los modelos mentales de las personas y en la generación de prejuicios. Entre los resultados preliminares del análisis visual y discursivo de una parte del corpus reunido para esta investigación, se identifica que el uso del término “populismo”, como estrategia discursiva mediática, está transcurriendo de una aparente simple revancha a una lucha de poder que vaticina un nuevo escenario en la relación prensa-poder o prensa-gobierno; por tanto, con importantes repercusiones en la ética, la legislación y la política o línea editorial de los medios informativos en México.