El género documental ha evolucionado como una de las formas narrativas más eficaces para el tratamiento creativo de la realidad. El documental es ante todo un medio para actuar en la sociedad y supone una articulación de su propósito con el de las comunidades. Pero principalmente, constituye una forma acción política. En Latinoamérica, en distintos momentos históricos, esta forma expresiva de no ficción ha contribuido a la visibilización y al afianzamiento de distintas demandas sociales impulsadas por colectivos organizados de la sociedad civil. A partir de las transformaciones producidas en la ecología mediática, catalizadas principalmente por la masificación de la red, la conectividad móvil y la evolución de las interfaces digitales interactivas, el documental audiovisual como históricamente lo conocimos ha podido adaptarse a nuevos principios y dimensiones definidos por el actual contexto de convergencia mediática. Desde las primeras experiencias narrativas digitales interactivas, pasando por los formatos multimediales, hoy el documental se hibrida en la confluencia de viejos y nuevos medios interactivos, configurando un nuevo tipo de relato: El documental transmedia. Las narrativas transmedia presentan una nueva posibilidad para el relato: la historia se despliega a través de múltiples medios y plataformas de comunicación, y los públicos asumen un rol activo en el proceso de expansión de las tramas y los sentidos. En los últimos años en América Latina en general, y en Argentina en particular, surgieron proyectos documentales transmedia que contribuyen a la visibilización y concientización de las problemáticas narradas. Casos como Proyecto Quipu en Perú, Pacientes en Colombia o Mujeres en Venta en Argentina, constituyen avances palpables para identificar las posibilidades de acción al servicio de una problemática social o una causa colectiva que busca ser empoderada. El documental transmedia puede amalgamar una serie de procesos de creación conjunta y ponerlos al servicio de un relato colectivo que se abre paso aprovechando diversas plataformas mediáticas. Una herramienta para una comunidad con propósito (Rose), dispuesta a configurar una trama de relaciones que retroalimentan y conforman universos de sentido. Una estrategia narrativa para construir contrahegemonía, una acción comunicativa organizada para provocar un cambio social. Desde esa perspectiva, este trabajo busca dar cuenta de las potencialidades del documental transmedia para generar procesos de empoderamiento de grupos sociales, poniendo en práctica estrategias de creación colectiva, expansión narrativa articulada y participación de los públicos en la trama documental. Para eso, el estudio propone un modelo de análisis centrado en dos casos documentales transmedia producidos en el marco del proyecto educativo Facultad Libre de Rosario. “Canción de la Ciudad” (2015), un relato sobre la situación de los músicos callejeros en las peatonales Rosarinas, y “El Feriante” (2017), que aborda el acceso a bienes culturales en las cárceles de esta misma ciudad. A partir de una intervención metodológica basada en la observación participante, entrevistas en profundidad y medición de impacto de las acciones, se propone un esquema organizativo para el diseño de estrategias narrativas basadas en la co-creación de proyectos documentales transmedia para colectivos sociales.