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Del diván virtual a la pantalla
Verónica Pereyra Cirigliano/ Viviana Martínez.
XXI° Congreso de la Red de Carreras de Comunicación Social y Periodismo. Escuela de Ciencias de la Comunicación, Facultad de Humanidades (UNSa), Salta, 2019.
  ARK: https://n2t.net/ark:/13683/eXqc/zx9
Resumen
DEL DIVÁN VIRTUAL A LA PANTALLA, SIN ESCALAS Debido a la incesante evolución tecnológica, de la que hemos sido testigos y partícipes en los últimos tiempos, la manera de comunicarnos se ha ido modificando profundamente, dando lugar a la era de internet y, con ello, al nacimiento de las redes sociales. Facebook, Twitter, YouTube o Instagram son plataformas mundialmente conocidas en la actualidad. Justamente, estas redes nacieron como un elemento clave derivado de la globalización y ha sido impresionante el vertiginoso crecimiento de las mismas. Así, si consideramos las cifras de enero del corriente año, podemos advertir que: • Facebook contaba con 2.271 millones usuarios activos (siendo el 35% menores de 25 años y más del 90% accedían a través de dispositivos móviles). • Instagram, por su parte, sumaba más de 1.000 millones de usuarios activos (convirtiéndose así en la red social con mayor crecimiento y logrando duplicar el número de usuarios en solo dos años, en el rango entre los 18 y 24 años). • Snapchat contaba con más de 287 millones de usuarios activos (pero ha perdido mucho terreno con los cambios de Instagram). • Twitter llegaba a una cifra superior a los 326 millones de usuarios activos (destacándose el importante acceso de personas en el rango de 35 a 49 años). Dentro de estas estadísticas sorprende encontrar que hay 4 países de América Latina (Brasil, México, Argentina y Colombia) en el listado de los 19 países con mayor cantidad de usuarios del mundo. Hoy, los mensajes a través de la web exceden el simple objetivo de mantener una comunicación entre usuarios; sucede que, la llegada de las redes sociales significó un abismal cambio en el comportamiento de los mismos. Así, en las redes, las personas cuentan sobre su estado de ánimo, hacen catarsis, piden ayuda, algunos estimulan la violencia, otros sanan heridas, publican fotos íntimas y comparten noticias de todo tipo (aun sin estar seguros de su veracidad). Pero no solo eso, también se “clavan vistos”, se compite por la cantidad de “me gusta”, se anuncian suicidios, se organizan eventos, se exalta el ego, se generan nuevos miedos, inseguridades y dependencias, se suman amigos de todo el mundo … en fin, se asiste a una especie de terapia psicológica en que muchos amigos consuelan y aconsejan, mientras otros agreden. Hasta hace pocos años era impensable que personas que se encontraban físicamente tan distantes entre sí, pudieran intercambiar con asiduidad sus opiniones y hasta llegar a preparar, desde un terreno virtual, el campo para salir a luchar y defender sus ideales. Hoy, los tiempos han cambiado rotundamente, y la manera de comunicarnos y organizarnos ya no es la misma; los cambios se han ido suscitando paso a paso desde la llegada de la web a nuestras vidas y, sobre todo, al tener acceso a la misma desde los dispositivos móviles. Se podría decir que los usuarios pero hallaron un lugar, sin moverse de sus casas, en el que pudieron “sentarse en el diván” y exponer su realidad.
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