En este trabajo se analiza la presencia de prácticas adultocentricas que subyacen a las formas de interacción intergeneracional basadas en la desigualdad a partir del ejercicio de poder que ejercen las personas adultas sobre las y los adolescentes de Jujuy, en el orden de la cotidianidad. De esta manera, se busca recuperar la percepción y las representaciones sociales que construyen las y los participantes de las dinámicas de grupos que propone el taller de Trayecto UNJu, donde manifiestan los obstáculos de pensar con libertad en un proyecto de vida en relación la educación superior responsabilizando a las personas adultas que intervienen en la toma de sus decisiones. Así, con una metodología cualitativa-interpretativa, a partir de técnicas de observación participante y el análisis de las dinámicas de grupo se busca entender cómo se construye simbólicamente las relaciones de dominación, abordando sus discursos y practicas desde la dimensión situacional y contextual-relacional, como las prácticas, creencias y significados que circulan en la vida cotidiana y dentro de los cuales se puede reconocer desigualdades, poderes e historia (Grimson, 2012). Por lo tanto, se trata de recuperar la noción de adultocentrismos que implica no sólo conceptualizarlo como sistema de dominación, sino también, como categoría de análisis (Duarte, 2012). Estos diálogos entre generaciones suponen ciertas tensiones y negociaciones permanentes donde se gestionan los consensos y los conflictos. De esta manera, sobre el carácter conflictivo de las relaciones, se puede entender a la cultura como una arena de lucha por el control de la producción de verdades y la hegemonía política y cultural (Walsh, 2002; Williams, 1980). Pensar de esta manera la cultura permite mirar las desigualdades y las relaciones de poder que se constituyen en múltiples sentidos. Por otro lado, la forma de entender la culturas que construyen y habitan las nuevas generaciones (Reguillo, 2002), y las generaciones adultas, se basa en una perspectiva de lo político (Mouffe, 2011) que permitirá analizar la forma en la que se instituyen esas relaciones de dominación y fundamentalmente, analizar la búsqueda de consensos, entre generaciones, desde el conflicto. En este contexto en el que adquieren visibilidad las prácticas sociales que reproducen formas de dominación a través de la imposición normativa que opera sobre los proyectos de vida de las y los adolescentes, y los subordina por su condición de edad, los medios de comunicación se convierten en una herramienta de igualación. Siguiendo esta línea, cabe destacar la importancia de los estudios de género para las investigaciones en torno a las generaciones, entendiendo que es el patriarcado la célula elemental de toda violencia y la comunicación para el cambio social la teoría que permite pensar en tácticas y estrategias de interpelación al orden instituido por el mundo adulto. Por lo tanto, es pensado el adultocentrismo como una forma de violencia simbólica que se reproduce en las prácticas intergeneracionales de la vida cotidiana y que ponen de manifiesto a través de sus narrativas las y los adolescentes en las dinámicas de grupo propuestas en el marco del proyecto Trayeto U.N.Ju.