Hoy en día, en este turbulento y competitivo escenario, las organizaciones deben monitorear e identifiquen factores de riesgo con el objetivo de preparar respuestas que les permitan una gestión eficiente y eficaz del sostenimiento de la promesa corporativa, su posicionamiento y reputación. Diversos autores han puesto el acento en la significación del concepto de riesgo a la hora de definir y explicar las sociedades postindustriales actuales (Beck, 1998; Giddens, 1997; Bauman, 2007). Riesgos que se manifiestan de forma diversa a través de procesos industriales potencialmente peligrosos como las crisis alimentarias, epidemias sanitarias o amenazas medioambientales. Pero a la vez, son unos riesgos inciertos, complejos y ambiguos que permiten un amplio abanico de definiciones y aproximaciones. Por ejemplo, esos potenciales peligros llevan inherente en muchos casos una dimensión positiva en forma de beneficios que los hace necesarios o deseables para mantener las estructuras sociales, políticas y económicas actuales. A partir de estas teorías desarrollamos las claves para la gestión del riesgo desde las áreas de comunicación organizacional. Considerando que la comunicación es la herramienta para gestionar los riesgos, ya que éstos emergen en el espacio de la percepción y tienen impactos sobre la operatividad (decisión)–de las organizaciones-, es la comunicación el instrumento de interacción, persuasión, significación. Los temas de riesgos son la puerta de entrada de los conflictos. Los actores afectados irrumpen en el debate público sobre escenarios futuros o estados de mundos deseables y con su intervención amplían el campo de las decisiones técnicas, para transformarlas en cuestiones políticas y construyen controversias en torno a consecuencias futuras de emprendimientos productivos, proyectos de infraestructura, etc. Si la organización identifica el riesgo, puede ser la promotora de la discusión pudiendo manejar el asunto, o realizar las acciones pertinentes para que el emergente siga latente. Esta es la base del issues management. En otras palabras, “un proceso que identifica temas, tendencias y actitudes (Riesgos) del entorno mediante el diseño de herramientas que desarrollan capacidades en la organización de preparación, anticipación y participación en la minimización y prevención del riesgo en los espacios de intervención. Así el comunicador promueve, como actor fundamental para facilitar el diálogo de todas las partes involucradas, el manejo de conceptos y la apropiación del tema, generando una cultura de la anticipación frente a los temas clave que impactan o pueden impactar en la organización. Así, la metodología establece una posición hacia el horizonte, una mirada y una significación sobre el entorno que creará la realidad de la organización en relación con su realidad dinámica Planteado de este modo, la Gestión de Riesgo Comunicacional (GRC) es la puerta que articula el management (administración y decisión) con la gestión de la comunicación (relación y significación), o dicho de otro modo la emergencia de una mesa directiva que gestiona desde la comunicación. El desafío, para nosotros los comunicadores organizacionales, está en el ejercicio prudente de la comunicación aplicada al management.