Una lectura al problema de la ciudadanía global CG en la universidad, radica en la influencia que ejerce el fenómeno de la globalización en la educación superior que no es ajena a los cambios ideológicos, la imposición de soberanías, la desterritorialización y la segregación de identidad (Bauman, 1998). Pese a su espíritu crítico, es innegable la relación que guarda con los procesos de globalización, que en muchos casos, favorecen ideologías y por ende, sistemas de representación que priorizan una lectura de mundo guiada por leyes y sistemas económicos y donde se relegan otras experiencias más socioculturales. De este modo, en seno de esta problemática de la universidad mercantilizada, se introduce institucionalmente la noción de ciudadanía global CG, como un modelo de ciudadanía retóricamente universal, igualitaria, dotada de consciencia y acción para la mejora de la sociedad mundial. No obstante, este discurso salvacionista encarnado por las agendas internacionales que regulan la educación y actúan en calidad de cómplices ante lógicas mercantiles en las dinámicas académicas, instaura dispositivos que permiten controlar y dirigir la inserción a la “globalidad” mediante la medición permanente de los estudiantes en pruebas estandarizadas a nivel internacional, en donde se evalúa la “competencia global”, a partir de criterios absolutos y homogeneizantes, abstraídos de un ejercicio ciudadano crítico que conlleve a la acción política En concordancia con lo anterior o vale la pena preguntarse, ¿cómo responde la universidad ante una posible propuesta de ciudadanía en la que se prescinde de ejercicios políticos y representatividad, pues al ser global, no necesita de las soberanías propias, locales? Este estudio se contextualiza en una institución universitaria ubicada en el municipio de Tuluá, centro del departamento del Valle del Cauca, Colombia, donde resultó pertinente iniciar un proceso comprensivo y transformativo que invite a otras lecturas de la CG, dotando de oportunidad fehaciente de entender de qué modos la universidad local configura una CG impuesta como un ideal ético pero carente de praxis, hegemónico y colonial. Dichos abordajes alternativos inician con la comprensión de la complejidad del problema de la CG desde la decolonialidad propuesta por Quijano (2000) particularmente su tesis sobre los estados como forma universal de control de la autoridad colectiva y la consolidación del estado-nación como su estandarte de dominación. Asimismo, se pone en cuestión las ideas sobre el capitalismo como sistema de explotación global y sistema hegemónico que preserva las clasificaciones de raza, género y subjetividad. A su vez, se propone la opción decolonial (Mignolo, 2015; Walsh, 2018; Andreotti , 2016; Pashby, et al. 2020; Stein et at. 2019), como punto de partida para generar un marco de sentido que devele lecturas alternativas de ciudadanía global, acudiendo a las representaciones de la comunidad universitaria de esta institución regional, sobre el concepto, y su relación intersubjetiva y colaborativa para construir otros modos, mecanismos y prácticas que inviten a cuestionar y proponer lecturas contra hegemónicas, combatir formas coloniales y elaborar prácticas locales y situadas que otorguen otros sentidos y modos de sentir-pensar un ejercicio político, que hoy se nombra como ciudadanía.