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Impacto de las tecnologías emergentes en el mundo del trabajo: experiencias de innovación en el sector de la construcción
Maria Victoria Villa - Fundación UOCRA.
III Congreso Internacional de Ciencias Humanas. Escuela de Humanidades, Universidad Nacional de San Martín, Gral. San Martín, 2024.

Resumen
El impacto de las nuevas tecnologías en el empleo es un tema ineludible y deben ser abordadas en forma articulada a partir del dialogo social. Una mejora en la productividad debería ser proporcional a la mejora en las condiciones de trabajo y en la calidad del empleo, considerándola como parte de la acción pública destinada a superar los problemas de precarización laboral.
En este marco se planteará la ponencia, aportando elementos de reflexión en torno a la digitalización como proceso social en construcción, que puede y debe ser gobernado en forma tripartita (estado, empresas, trabajadores) con el objetivo de impulsar una “transición tecnológica justa e inclusiva”, que favorezca la creación de trabajos decentes y contribuya a prever y mitigar los riesgos de segmentación y exclusión social.
La presentación concluirá con dos experiencias que lleva adelante la Fundación UOCRA. La primera, sobre Realidad Virtual y Formación Profesional, realizada en alianza con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la empresa Arthur Technologies de Alemania. La segunda, consiste en la implementación de la Carrera de Ciencia de Datos e Inteligencia Artificial, desarrollada conjuntamente con CAMARCO.
Palabras clave: formación; estado; trabajadores; tecnología; sindicalismo
Presentación sintética:
Ya en 1995, el sociólogo Jeremy Rifkin en su libro “El fin del Trabajo” profetizó que las tecnologías emergentes provocarían un desempleo estructural. A tres décadas de aquella sentencia, la realidad ha resultado ser algo mucho más complejo y menos irreversible.
El temor al impacto de las innovaciones en el empleo o a la frase fatídica sobre el “futuro del trabajo” no es nuevo. En 1930 Keynes hablaba de “desempleo tecnológico” y aunque no se pueden simplificar procesos tan diversos y complejos, sabemos que si las tecnologías se utilizan solo para sustituir personas, su consecuencia será la destrucción de empleo sin garantizar una mejora de la productividad. En cambio, si la innovación busca la complementariedad -no la sustitución- suele comportar un aumento de la productividad y el impacto sobre el empleo es menor.
Ante esta situación, el sindicalismo asume hoy retos complejos: integrar en su seno todas las formas de trabajo que el capitalismo digitalizado desintegra; vertebrar las diferentes causas sociales que el neoliberalismo desvertebra, y reforzar los espacios de socialización para combatir el imaginario ultraliberal de autosuficiencia del individuo para abordar en solitario los riesgos comunes.
En una sociedad dominada por la inmediatez y la mercantilización de todas las relaciones sociales, donde las personas se reducen a ser meros consumidores, el sindicalismo debe reforzar la condición de ciudadanía laboral activa. Ante el individualismo extremo que pueda traer una digitalización salvaje, el sindicalismo debe disputar la idea de “libertad en comunidad” y fortificar las relaciones estables y de proximidad con las nuevas formas de trabajo.
En este devenir tecnológico, resulta imprescindible mencionar con énfasis a la Inteligencia Artificial, la cual ha transformado el mundo del trabajo de manera profunda y multidimensional. Es indiscutible que su incorporación ha obligado a reconfigurar los procesos de trabajo, ofreciendo ventajas tales como: automatización de tareas repetitivas potenciando actividades más creativas y estratégicas; optimización de procesos a través del análisis de datos en tiempo real para la mejora la toma de decisiones y reducción de costos operativos; análisis predictivos para anticipar problemas y gestionar soluciones; facilitación de nuevas estrategias de formación en línea permitiendo a los trabajadores adquirir nuevas habilidades de manera flexible y acorde a sus necesidades profesionales, entre otras.
La irrupción reciente de la Inteligencia Artificial (IA), especialmente la generativa, tiene la capacidad potencial de transformar los modelos de organización productiva y social vigentes del mismo modo como lo han hecho en el pasado las grandes revoluciones industriales. A diferencia de lo observado en oleadas previas de mecanización de la producción, caracterizadas por el desarrollo de tecnologías que reemplazan o refuerzan principalmente tareas físicas de menor grado de calificación, la IA implica el desarrollo de nuevas aplicaciones vinculadas a habilidades intelectuales (inteligencia) que solían considerarse específicas de las personas, como la toma de decisiones y la predicción de escenarios futuros. Este nuevo escenario, de concretarse, tendrá repercusiones directas en las múltiples dimensiones que definen al trabajo humano, entre las cuales se encuentran las competencias y habilidades requeridas por el sector productivo, las condiciones laborales y la relación de fuerza entre el trabajo y el capital.
Como se observa, la IA está revolucionando el mundo del trabajo de manera significativa, pero su integración también plantea una serie de debilidades y desafíos. Estos problemas son diversos y afectan tanto a los trabajadores individuales como a las organizaciones y la sociedad en general, a saber:
• Desplazamiento de Empleos: La automatización impulsada por la IA puede llevar a la sustitución de trabajos realizados por humanos, especialmente en sectores donde se pueden automatizar tareas repetitivas o rutinarias.
• Desigualdades en el Acceso y en la Formación: La IA puede exacerbar las desigualdades laborales existentes al crear una brecha entre aquellos con habilidades tecnológicas avanzadas y aquellos sin acceso a formación o recursos.
• Prejuicios y Sesgos en los Algoritmos: Los algoritmos de IA pueden perpetuar o incluso amplificar prejuicios humanos si los datos con los que son entrenados son sesgados.
• Seguridad y Privacidad de los Datos: La implementación de IA en el trabajo plantea preocupaciones sobre la seguridad de los datos y la privacidad, especialmente en lo que respecta al uso y almacenamiento de información sensible.
• Impacto en la Salud Mental: El uso intensivo de tecnologías de IA en el trabajo puede contribuir al estrés, la ansiedad y la sobrecarga laboral.
• Dilemas Éticos en la Toma de Decisiones: La implementación de IA en la toma de decisiones laborales presenta dilemas éticos, especialmente en cuanto a cómo se programan las decisiones y el impacto de esas decisiones en los seres humanos.
De allí la importancia de lograr espacios de debate y análisis reflexivo por parte de los estados, las organizaciones sindicales, las empresas y todos los actores de la sociedad, que permitan arribar a un modelo tecnologico que propicie la mirada sobre el trabajo centrado en la persona humana, al igual que construir nuevos formatos de gobernanza para el ciberespacio, complementarios con los de la territorialidad, logrando que convivan y evitando su reemplazo.
Asimismo, la IA, al complementar o sustituir tareas que hoy forman parte de la actividad laboral que desarrollan trabajadores y trabajadores, introducirá cambios relevantes en el modo en que se configuran las ocupaciones, tal como hoy las conocemos. Este fenómeno, junto con los posibles resultados provocados por el crecimiento de la productividad ya mencionado, impulsará cambios al interior de la demanda de puestos de trabajo, lo que dará lugar a un nuevo conjunto ocupaciones expansivas y declinantes. Como se mencionó anteriormente, frente a este escenario, para que la IA no termine dando lugar a resultados sociolaborales regresivos, como la destrucción de puestos de trabajo y la suba de los niveles de desigualdad, se requerirá un conjunto de políticas públicas como el fortalecimiento de la negociación colectiva (profundizando en los contenidos de la negociación colectiva), la implementación de medidas de preservación del empleo y el desarrollo de nuevos sistemas de información que permitan identificar las demandas de calificaciones y competencias del sector productivo para favorecer la reinserción laboral y fortalecer la asistencia a los trabajadores y las trabajadoras durante el periodo de formación.
Para ello, las organizaciones sindicales vienen acompañando estos procesos alentando tácticas y experiencias innovadoras, a fin de organizar y defender los derechos de todos los trabajadores y trabajadoras, reforzando un diálogo social incluyente y eficaz. La principal estrategia para ello es la formación. El desarrollo de sistemas de formación continua que potencien estas nuevas calificaciones basadas en las tecnologías emergentes, desde una perspectiva reflexiva y humanística, permitirá una transición tecnológica justa, donde, mediante la acción estatal en lo normativo y en la fiscalidad - con apoyo e impulso a la educación formal, a la formación profesional y en los procesos de formación continua de los trabajadores-; ayudará a sostener dispositivos de protección social que acompañen los cambios y aseguren la dignidad de los trabajadores.
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