La necesidad de un proceso educativo en el hombre es innegable. Distintas modalidades y dinámicas han estado presentes en el devenir del ser humano a lo largo de la historia. Sin embargo, al ser docente activo en distintas etapas formativas durante más de diecisiete años me pregunto acerca de la realidad que viven muchos niños al levantarse antes que amanezca para ir a la escuela, pasar en ella largas jornadas, durante ciclos de hasta 200 días al año. Sumando a lo anterior intensas sesiones de tareas vespertinas ¿será realmente necesario, intelectualmente productivo y emocionalmente sano para la niñez? El siguiente trabajo intenta fundamentar la nula relación causal entre la cantidad de tiempo de los niños en la educación básica y la calidad educativa, así como la relación causal entre la cantidad de tiempo en el colegio y la efímera calidad en la vida infantil.