La teoría del embodiment se centra en el estudio de la interacción dinámica corporeizada del sujeto con el am-biente, y es a través de esta interacción que construye significados. En este sentido, la cognición no ocurre de forma aislada en el cerebro, sino que surge en la acción del sujeto en el medio, considerando la mente y el cuerpo como una unidad. Las diferentes teorías sobre cognición corporeizada pueden organizarse en dos grupos de acuerdo al tipo de compromiso corporal que estudian. Por un lado, la corporalidad débil alude al compromiso indirecto del cuerpo, es decir a los procesos de imaginación, recuerdo y observación del cuerpo (especialmente del cuerpo en movimiento). Por otro lado, la corporalidad fuerte involucra un compromiso directo del cuerpo mediante la realización de movimientos explícitos. La educación musical tradicional no ha considerado el rol del cuerpo en la producción de significados musicales, e incluso, en algunos casos ha desalentado la realización de movimientos durante la ejecución de tareas de diferente naturaleza. A partir de estas consideraciones, nos proponemos reflexionar acerca del aporte que realiza la cognición corporeizada en los procesos de enseñanza-aprendizaje del lenguaje musical y la percepción en la formación académica.