Propongo en este texto, desde el Programa de Diseño Industrial de la Universidad Jorge Tadeo Lozano de Bogotá, Colombia, el concepto de Diseño del Sur como articulador entre maneras de valorar la estructuración de artefactos que convoquen relaciones humanas, según los diversos significados que estos adquieren para quienes nos relacionamos con ellos. En el diseño, pensar al o hacia el sur, según plantean, entre otros, Boaventura de Sousa Santos, Edgar Morin, Juan Obarrio o Kevin Murray, implicaría servirnos de experiencias desperdiciadas para ampliar nuestro presente e incluir en el ámbito universitario perspectivas para diseñar de múltiples comunidades humanas, grupos étnicos, movimientos sociales o pueblos originarios que pueden haber sido apropiadas ¿o expropiadas?, usualmente asumiendo unas culturas como secundarias ante el sector más dominante de la cultura Occidental, pero muy poco desde el encuentro con cada grupo en sus propios términos. Esas "formas otras" de experimentar la existencia en tiempos de crisis en Abya Yala (Latinoamérica) proporcionan más “experiencias disponibles” para expandir el presente e incluir en él, emergencias hoy inadvertidas en la educación de diseño desde la Universidad, cuyo reto ante una ecología de saberes y prácticas es interactuar con conocimientos que excluyó. Esto facilitaría, en vez del insondable y angustiante futuro, concretar futuros cercanos accediendo a inéditas “experiencias posibles” para diseñar 'aquí' y 'ahora'.