En este trabajo se propone analizar la capacidad humana de imaginar cómo estas ideas inmateriales nacen de aquello llamado arte. De forma que el hombre tiene como necesidad expresarlas, relacionándose con aquella diferencia única del mismo; la libertad, en este caso, la elección de poder pensar a su estilo propio. Un ser humano que no se dispone a acatar leyes generales. Todo esto expuesto en el arte y utilizando como ejemplo de caso al Marqués de Sade. No busco proponer verdades absolutas sobre qué es buen o mal arte. O si el arte debe seguir ciertos cánones, más bien verlo como una cualidad humana, el poder de imaginar y mostrar libremente las ideas. Y tampoco quiero dar por verdadero lo propuesto por Sade alrededor de su obra, sino mostrar cómo este personaje representa dicha libertad, así como la cualidad de idealizar. Para ello realicé el trabajo dos partes: la primera donde se habla sobre esta capacidad humana de generar ideas, haciendo del humano un ser complejo con necesidad de expresarlas. En la segunda parte ya se habla propiamente del Marqués de Sade en relación con lo dicho anteriormente.