El estudio de las representaciones acerca del curso vital ha ocupado un lugar importante en la producción etnográfica sobre sociedades aborígenes y campesinas desde los comienzos de la Antropología. Esta disciplina ha mostrado que todas las sociedades elaboran modelos del ciclo vital, asignando roles sociales a los individuos y, a través de ello, prescribiendo comportamientos adecuados a su posición en el curso de la vida. Sobre esta base, se construyen estereotipos sobre las aptitudes o posibilidades de las personas en cada etapa. Como ejemplo de ello, adquiere actualidad el debate en torno a la caracterización de “los viejos” en las sociedades modernas, y el cuestionamiento de la naturalizada visión de este grupo etario como sector improductivo; y de la vejez como un periodo de retiro y confrontación con los miembros de las generaciones mas jóvenes, en base a una supuesta incapacidad de adaptación a los nuevos contextos socioculturales y a las innovaciones tecnológicas. Este trabajo se propone comunicar los primeros resultados de un ejercicio de trabajo conjunto con Adultos Mayores, en un proceso que parte de la enseñanza de la Etnografía y se combina progresivamente con una experiencia de investigación sobre la vejez. El mismo se ha constituido en una práctica en la que se revisaron dichos estereotipos a la luz del conocimiento etnográfico y en la que los propios Adultos Mayores expresaron sus perspectivas sobre roles y relaciones sociales en los contextos en los que participan. La posibilidad de explorar y rescatar los “puntos de vista de los Adultos Mayores” en el marco de nuestra sociedad, se convierte en un punto de partida para diseñar nuevos modelos respecto de los mayores y el envejecer, con proyecciones hacia la gestión de espacios de visibilidad y, consecuentemente, nuevos canales de diálogo con los más jóvenes.