el incremento de la cooperaciónespacial entre China y algunos países de la región haya coincididocon dos procesos recientes, casi simultáneos. En primer lugar, conla llegada de gobiernos de izquierda y centro-izquierda que tuvolugar durante la década pasada en América Latina. Gobiernos que?con distintas formas e intensidades- pusieron a la autonomíarespecto de Estados Unidos y Europa como uno de los horizontes de suspolíticas exteriores.En segundo término, el creciente peso de China en la regióncoincide con el mencionado proceso de redistribución del podermundial del Nor Occidente al Oriente que se constata, sobre todo, apartir de la crisis financiero-económica de 2008.Vinculado con esto último, eldesarrollo espacial es un tema relevante en tanto es un aspectocentral en la agenda de aquellos Estados que buscan posicionarse comopotencias globales. En efecto, la controversia en torno a la baseespacial del país asiático en la Patagonia Argentina, ha mostradoque los temas de alta tecnología siempre se vinculan con interesesde poder estratégico-militares. En el caso de China,esto se vuelve más complejo si consideramos que el gigante asiáticose define a sí mismo como un país emergente y, a raíz de ello,presenta a las relaciones con la región como una vinculaciónSur-Sur.En este sentido, creemos que analizar la cooperación en el campoconstituye un buen indicador para analizar el carácter de larelación entre China y América Latina y establecer si se puedehablar de un tipo de cooperación Sur-Sur o, más bien, está mediadapor un patrón de asimetría, propia de los tradicionales vínculosNorte-Sur.p { margin-bottom: 0.25cm; direction: ltr; color: rgb(0, 0, 10); line-height: 120%; text-align: left; }p.western { font-family: "Liberation Serif", serif; font-size: 12pt; }p.cjk { font-family: "Noto Sans CJK SC Regular"; font-size: 12pt; }p.ctl { font-family: "FreeSans"; font-size: 12pt; }a:link { color: rgb(0, 0, 255); }a.sdfootnoteanc { font-size: 57%; }