Entre los muchos cambios que la década de 1880 vio acontecer en la Argentina, se encuentra la consolidación de un mercado editorial moderno. Este hecho, usualmente interpretado como un punto de partida, aquí se propone pensarlo inversamente. Como el final de un lento proceso que quizás en los números aparezca como menor, con sus pequeñas tiradas por suscripción y sus consumidores cultos como islas en un mar de analfabetismo y semialfabetismo. Pero que en lo cualitativo, significa la configuración de las prácticas que hacen al lector moderno, y un gran paso en la transformación desde el súbdito colonial del Antiguo Régimen al ciudadano argentino moderno. Quedando quizás en un espacio compartido incomodo entre Historia, Letras y Bibliotecología, este proceso aún no ha sido objeto de un trabajo de análisis sistemático o de largo aliento. Pero esto no permanecerá así por mucho tiempo. La línea de la Historia de la Lectura, parte del giro historiográfico de los años 80, y abonada por nombres como Chartier y Darnton entre otros, ha encontrando adeptos locales entre historiadores y bibliotecólogos como Parada, Batticuore, Zanetti, etc. Al mismo tiempo los investigadores de Letras comienzan a girar su atención hacia el funcionamiento de los mercados editoriales. Aquí se explora tanto los límites como las posibilidades de estos primeros avances. Especialmente se llama la atención sobre las potencialidades que encierra el estudio de las publicaciones periódicas. A menudo son sólo utilizadas como fuentes secundarias donde se puede extraer información sobre los más serios libros, quizás más por cuestiones prácticas y documentales que por una decisión teórica. Mas un esfuerzo de investigación sobre estos productos más ?sencillos? del mundo impreso (periódicos, revistas, folletines, hojas sueltas, todos ellos indiferenciados a comienzos del siglo) es necesario. Su contenido, precio, periodicidad y tirada se presentan, aún en sus comienzos más sectarios, como nuestra mayor ventana al desarrollo tanto de los productos impresos, los lectores y sus prácticas, y del mercado editorial en que ambos se encuentran. Desde los anuncios oficiales de la Gazeta de Buenos Ayres a los populares folletines de la Patria Argentina, pasando el modernismo de La Moda, los cambios de estructura y contenidos nos hablan, si estamos dispuestos a escucharlos, del proceso en el cual se configuraron futuros impresos modernos de tirada masiva. Así como de las nuevas prácticas lectoras que provocaban y de las cuales eran en parte producto.