La medicina dominada desde sus orígenes por una lógica generalística define cuadros clínicos y diseña procedimientos estandarizados para su abordaje. En este terreno, se define la infertilidad como la búsqueda de un embarazo sostenida por una pareja durante al menos dos años sin resultados positivos. Las parejas con este perfil, recurren a los centros reproductivos buscando solucionar esta falencia física. El médico tiene un protocolo de trabajo que incluye exámenes para la mujer y el varón y un procedimiento estándar que comienza con relaciones programadas, pasando por inseminación con material genético propio, FIV, ICSI, inclusión de material genético de un donante, etc.En este derrotero, la pregunta por el deseo de tener un hijo está ausente, al igual que el estatuto simbólico y real del cuerpo en tanto aparato de goce. La esterilidad sin causa aparente (ESCA), es un escollo que los médicos esquivan sosteniendo que el avance tecnológico lo solucionará en breve. Se trata de un porcentaje que está en reducción continua. Para los psicoanalistas, la ESCA es muchas veces un refugio para el sujeto de la clínica, que se sostiene en la insistencia del fracaso de la ciencia.