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Bienaventuradas las paradojas: la (nueva y vieja) lucha política de los 'otros'
Emilio J. Ayos, Sergio Díaz y Natalia Ortiz Maldonado.
Delito y Sociedad. Revista de Ciencias Sociales, núm. 21, 2006, pp. 143-152.
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Resumen
Toda sociedad construye un orden en la apelación a un ?otro? antagónico. En la Argentina, diferentes discursos se han sucedido y yuxtapuesto, cada uno de ellos ha señalado un modelo de orden y por esa razón, ha señalado también un ?otro?. En el contexto de las rearticulaciones entre un nuevo poder post disciplinario y un nuevo saber, multicultural, la conformación de esta otredad adquiere nuevas particularidades; en las metamorfosis de lo visible y lo enunciable, de lo pensable y decible, se construyen nuevos procesos de subjetivación. Nuevos sujetos, nuevas sujeciones. Pero también nuevas prácticas de libertad. A partir de esto analizamos los resultados de una investigación en la que problematizamos el discurso identitario de un movimiento social de base étnica, la Mesa de Trabajo de pueblos Originarios (MTPO), buscando a través del análisis discursivo, comprender la autopercepción de este actor político. Al hacerlo necesariamente nos sumergimos en los claroscuros del post-control, el multiculturalismo y de la lucha política. Desde la perspectiva del control social los movimientos sociales se configuran como lo otro que adquiere visibilidad a partir de su impugnación de lo ?bueno? y lo ?normal?. Pero necesariamente esta perspectiva debe contemplar las ambivalencias del cuestionamiento para así problematizar la (posible) emergencia de nuevas subjetividades y las (posibles) prácticas de libertad que ella traiga consigo. De esta manera, pensar al control social no sólo remite al conflicto que lo hace visible y a la posibilidad de producción teórica a partir de éste, sino que puede llevarnos hasta los actores políticos que impugnan lo que ha sido neutralizado. En el escenario de lo postsocial, el ?otro? es tolerado e inclusive incentivado, siempre que no exceda aquello que se ha construido como ?bueno? y ?normal?. Mientras que los ?indios salvajes? debían ser (y fueron) eliminados física y simbólicamente, los ?pueblos originarios? pueden ser asimilados sin perder la calidad de ser los ?otros? del orden. Ya no se trata del discurso de la igualdad tras el que se oculta la opresión, sino de una apelación a lo diverso que perpetúa la dominación. Las situaciones del discurso que marcamos como ?paradojas? a lo largo de este trabajo señalan las tensiones identitarias en las que los nuevos sujetos se construyen.  Es justamente por las paradojas (en ellas) que se modelan las nuevas prácticas, tecnologías y discursos. No se trata de que quienes ayer eran bárbaros hoy son pueblos originarios, sino que los pueblos originarios indican nuevas subjetividades porque nueva es la articulación entre el poder (ahora postdisciplinario) y el saber (ahora multicultural). A su vez dicha rearticulación abre la posibilidad no sólo a nuevas subjetividades sino también a nuevas prácticas de libertad. Procesos de subjetivación y practicas de libertad coexisten y pueden articularse productivamente. Bienaventuradas las paradojas entonces.
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