DzNo Lacan sin Marxdz, el recomienzo del materialismo dialéctico. A propósitode David Pavón Cuellar. Elementos políticos de marxismo lacaniano. Ciudadde México, Paradiso, 2014.Fabiana ParraPuesto que Marx y Freud han sido insuperables, ¿no deberían continuar siéndolo? Con este interrogante irrumpe el libro poniendo de manifiesto la convergencia entre estos autores, quienes compartirían la pasión por la verdad, además de una visión crítica de la historia. Una crítica descarnada e inquebrantable.La perspectiva política del marxismo lacaniano implica la convicción de que se puede ser marxista y lacaniano a la vez. Del marxismo de Marx recoge tanto sumétodo teórico y crítico- intrínsecamente dialéctico- demarcándose así de autores como Zizek que reemplazan la dialéctica por el eclecticismo; como su proyecto político-genuinamente interesado en la complejidad de las relaciones humanas y en lograr una vida más digna para todos. Y es justamente, a falta de un proyecto político ideal y militante, que Lacan debe recurrir a Marx, reemplazando la tesis Dzno Marx sin Lacandz por ésta otra: Dzno Lacan sin Marxdz (Pavón Cuellar, 2014: 15).Ahora bien, si Lacan reivindica una materialidad que tiene una forma simbólicamente predeterminada -que bien podría corresponder a la de las Dzformaciones ideológicas en las que cuajan las formaciones del inconscientedz y que Althusser concibe como materia del inconsciente; Marx, por su parte, tambiénreivindica un materialismo simbólico, ya que parte de unas condiciones materiales cuya conformación estructural y forma simbólico-económica las distingue de una simple realidad extramental.