La Formación Musical Profesional en nuestro medio está dirigida principalmente a la preparación de instrumentistas. La educación de los intérpretes, sin embargo, sigue dominada por los modelos característicos de la época en la que se generalizaron tales estudios en el país. El presente trabajo indaga la evolución de los criterios que gobiernan la ejecución instrumental y sus correlatos instruccionales, con el objeto de echar luz sobre las dificultades corrientes y proponer alternativas de cambio. Para ello se analizan los roles del instrumentista y del maestro de instrumento de acuerdo a los enfoques tradicionales y las tendencias actuales y su inserción en las estructuras institucionales. En tal sentido se intenta dar respuesta a interrogantes tales como: ¿En qué medida se halla presente la formación interpretativa en la preparación del músico profesional? Cuáles son las perspectivas analíticas más adecuadas para la resolución de problemas de interpretación? Es incumbencia del maestro de instrumento brindar las herramientas de análisis necesarias para establecer criterios interpretativos sólidos, o éstas debieran estar proporcionadas a través de los cursos de Armonía, Contrapunto, Morfología y otras asignaturas vinculadas? Como se insertan en la Formación Musical Profesional los modelos consumados?, entre otros.