Las experiencias de involucramiento social inicial son indicadas en la literatura en desarrollo como un ámbito en el que el conocimiento de ciertas cualidades psicológicas del otro es construido directamente sin la necesidad de formulaciones teóricas y/o proposicionales (Reddy, 2008). Desde hace un tiempo se ha destacado el vínculo entre ese tipo de conocimiento y el que se materializa a través del involucramiento en experiencias de naturaleza artística en la vida adulta en los que el contenido que circula es de naturaleza no proposicional y alude predominantemente a aspectos del mundo emocional (Stern, 1985) aventurando hipótesis sobre posibles vínculos genéticos entre ellos (Dissanayake, 2000; Español & Shifres, 2015; Shifres, 2014; Stern, 2010). Este trabajo se propone profundizar esa línea de pensamiento a partir del examen de modos de regular la estructura temporal y la sonoridad de los comportamientos implicados en tales experiencias.El punto de partida para el planteo de esta continuidad ontológica entre las experiencias de involucramiento en la temprana infancia y en el arte es la discusión sobre la posibilidad de generalización del atributo de reciprocidad para las experiencias en el campo de las artes temporales (principalmente la música). Sobre la base de evidencia proveniente de estudios etnomusicológicos y psicológicos, sostenida en la naturaleza multimodal de las performances musicales, se argumenta aquí que el intercambio intersubjetivo resulta mucho más importante que lo que habitualmente se considera en el análisis de la ejecución musical, y que la percepción que el ejecutante musical tiene del oyente resulta crucial en la toma de decisiones interpretativas en el curso de la performance.Aunque los estudios sobre el comportamiento adulto en los intercambios diádicos en infancia describen con detalle el uso sistemático de los niveles de sonoridad de vocalizaciones y otras fuentes sonoras, habitualmente no se ha puesto el foco en el modo en el que la intensidad del sonido es usada de manera sistemática como ocurre en las performances musicales. Aquí se muestran la semejanza entre ambos empleos.Luego, partiendo de la propuesta de mecanismos de regulación temporal conductual interactiva propuesta por Bjön Merker (2002), se muestra la relación entre las estructuras temporales de intercambios diádicos en la temprana infancia y en performances musicales de diferentes tipos. De este modo se localizan en ambas situaciones expresiones de organizaciones temporales recíprocas que dan cuenta de la intervención de tres diferentes mecanismos de regulación temporal. El mecanismo por tiempo de reacción implica la respuesta en tiempo real al comportamiento del otro a partir del momento de percibirlo. Los mecanismos por familiaridad y pulso subyacente, por el contrario, son predictivos, es decir que posibilitan una acción conjunta sobre la base de predecir el comportamiento del otro. Esta predicción radica en el conocimiento de patrones idiosincráticos en el caso del mecanismo por familiaridad y de patrones de regularidad temporal o isocronía, en el caso del mecanismo por pulso subyacente. Estos tres mecanismos estarían contribuyendo de manera diferente, pero valiosa en todos los casos, al sostenimiento en el involucramiento. En tal sentido se argumenta a favor de la existencia de comportamientos recíprocos basados en pulso subyacente en momentos anteriores a los nueve meses de vida, cuestionados por ese mismo autor, y de la existencia de mecanismos de familiaridad relevantes para el intercambio en ambos tipos de experiencias de involucramiento.Finalmente se discute la importancia que tendrían las tensiones surgidas de la presencia simultánea de los tres mecanismos en la construcción de sentido en ambos tipos de experiencia. Se propone así una Hipótesis del poder expresivo del rubato, en particular a partir de aquellas tensiones que provienen de las contradicciones entre las expectativas generadas por los mecanismos predictivos y los comportamientos deliberados que las frustran.