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Experiencias negativas en la formación musical: herida colonial y violencia epistémica
Sebastián Tobías Castro; Sofía Malanchino y Favio Shifres.
II Simposio Internacional Literatura y Conurbanos entre lo local y lo global. Universidad Nacional Arturo Jauretche, 2021.
  ARK: https://n2t.net/ark:/13683/puga/P4x
Resumen
El modelo de educación musical hegemónico que habitamos ha evolucionado junto al derrotero de la Modernidad y las premisas que la sostienen en tanto modelo civilizatorio. Dichas premisas, como el solipsismo y la concepción teleológica de la historia, han fijado una noción de desarrollo y progreso que implica, en cualquiera de los campos de la realidad humana, el movimiento constante de un estadio menos avanzado a otro más avanzado y beneficioso para el conjunto de los actores sociales, por lo tanto, necesario, único y verdadero. Sin embargo, esta noción de desarrollo oculta y legitima la matriz ideológica de poder concomitante a las jerarquías afines a los distintos agentes que gestionaron -y gestionan- la expansión imperial iniciada en el siglo XV. Dicha matriz se expresó mediante la ocupación de territorios y la coerción explícita sus habitantes durante los regímenes coloniales y sobrevive a los mismos en lo que el colectivo de la perspectiva decolonial conceptualiza como colonialidad del poder/ser/saber, siendo su mecanismo principal la constitución de subjetividades individuales y colectivas tamizadas por la cosmovisión dominante, a su vez que niega o invisibiliza las experiencias epistémicas, afectivo-vinculares, productivas, entre otras, de aquellos subalternizados.De esta forma, el modelo de educación musical consolidado en nuestro territorio desde finales del siglo XIX delimita el perímetro donde la experiencia musical de los actores involucrados debería cobrar auténtico sentido a partir de los parámetros epistemológicos, estéticos y sociales propios de la experiencia musical centroeuropea. Esto determina el formato de la relación pedagógica, donde el rol del docente queda relegado al de portador de verdad y verificador de lo que el estudiante aprende individualmente; contenidos y didácticas modelados por conceptos y categorías tributarios de una epistemología musical igualmente fetichizada; una ontología de música como objeto que supedita la participación musical a roles y funciones encuadrados en el esquema intérprete, obra -de arte-, público, entre otros.Los jóvenes llegan a la universidad motivados por experiencias a menudo divergentes pero cruzadas con aspiraciones y deseos modelados por mecanismos actualizados de subaternación. En este cruce es posible encontrar un número significativo de experiencias negativas de los estudiantes. Éstas han sido indagadas en un estudio que aborda las expectativas, valoraciones, y experiencias de los jóvenes en el acceso a la formación musical universitaria. Se propone aquí caracterizar dichas experiencias en términos del marco teórico del giro decolonial como heridas coloniales.