Este estudio examinó la posibilidad de habilitar la instrucción en alfabetización informacional (IL) colaborativa y personalizada a través de un modelo de clase invertida. Se realizaron entrevistas en dos etapas antes y después de la entrega de un proyecto piloto a los participantes, que fue diseñado de acuerdo con los principios rectores de la teoría del aprendizaje personalizado y el aprendizaje colaborativo en línea (OCL). El estudio utilizó un marco cualitativo para medir las percepciones de los alumnos con respecto a la efectividad y viabilidad del diseño. Se tomaron muestras de estudiantes que habían estado involucrados anteriormente en un aula invertida. Los datos recopilados de las entrevistas en dos etapas se compararon y se discutieron más a fondo a la luz de la comprensión del aprendizaje de Giorgi (1999) a través de una perspectiva fenomenológica. Cinco participantes participaron en el estudio. Para las entrevistas de la primera etapa, los cinco participantes respondieron todos positivamente hacia el prospecto de una instrucción de IL invertida, personalizada y colaborativa. Para las entrevistas de la segunda etapa, tres participantes ofrecieron comentarios sobre un PowerPoint interactivo diseñado específicamente para una instrucción de IL invertida, que había incorporado elementos de personalización y actividades grupales. Los tres participantes en las entrevistas de la segunda etapa hablaron favorablemente del contenido del PowerPoint interactivo, pero también mostraron cierto grado de vacilación cuando se les presentaron múltiples opciones. Todavía esperaban instrucciones claras en lugar de tomar el control del proceso. Este estudio descubrió una brecha entre la positividad de los estudiantes hacia un modelo de aprendizaje invertido, personalizado y colaborativo, y el hecho de que los alumnos están fundamentalmente acostumbrados a las rutas de aprendizaje tradicionales. Esto implica que hay obstáculos que superar antes de que el modelo invertido pueda ofrecer resultados, especialmente cuando se espera que los alumnos asuman más control sobre su propio aprendizaje. Se necesita más investigación para explorar formas de alterar la mentalidad de los estudiantes a fin de permitirles aprovechar todo el potencial del aprendizaje invertido.