En este trabajo comenzaremos narrando los eventos alrededor de la semana del orgullo y la marcha del orgullo durante el mes de noviembre del 2018, proclamado por la ciudad de Buenos Aires el “mes de orgullo”. Haremos la distinción entre aquellos eventos que fueron organizados por grupos activistas y por la sociedad civil y aquellos que fueron organizados por el Estado. Presentaremos la distincion entre cómo ocurrieron los eventos este año, de los años que le han antecedido. Ante todo pondremos nuestro foco de análisis en lo que fué el Festival del Orgullo que ocurrió en Palermo el sábado 3 de noviembre. Para comenzar presentaremos las operaciones que se han puesto en juego en la celebración de este evento organizado por parte del gobierno de la ciudad. Esto nos ayudará a reflexionar sobre la utilización de las herramientas de resistencia, cultura y vivencias LGBTQ* para instalar un programa político y social que continúa defendiendo los intereses y objetivos de una mayoría privilegiada por un sistema injusto. Operaciones que al mismo tiempo, crean la ilusión de que existen programas políticos inclusivos. Argumentamos que mediante la creación de un nuevo imaginario de sujeto LGTBQ* homonormado junto con la promoción de una narrativa de progreso el Gobierno de la Ciudad logra desenfocar su falta de compromiso con las reales necesidades de la comunidad. Para esto nos serviremos del concepto de homonormatividad que permite observar como la homo-norma, imperante en este evento, no cuestiona ni los supuestos ni las instituciones heteronormativas sino que las sostiene en un proceso de despolitización que se encuentra anclado en la domesticidad y el consumo. Nuestro objetivo es demostrar cómo la proliferación de una narrativa de progreso junto con la apropiación de las herramientas de resistencia logra banalizar los reclamos individuales de personas LGTBQ* por violencia y discriminación, volviendo anacronistas las actividades de resistencia activista. Para finalizar, haremos un breve análisis sobre cómo los logros legislativos para la comunidad LGTBQ* en Argentina presentan nuevos retos para activistas.