Las leyes, y quienes hacen uso de ellas, son herramientas de poder, y como tal, tienen la potencialidad de un doble uso. Las mismas pueden ser usadas para aplastar y cercenar derechos, o también pueden ser empleadas para limar asperezas, mostrando a través de la fuerza normativa, que los prejuicios no deben ser la norma de conducta deseada en una sociedad. Siempre que se produce una modificación sustancial sobre algún Instituto del Derecho, esto obedece a cambios que se van produciendo lentamente en la sociedad, hasta que toman entidad propia, momento en que el le gislador la plasma en la nueva legislación. La ley 26.618 sancionada el 15/07/2010 por el Congreso Nacional Argentino modifica sustancialmente algunos artículos del Código Civil, en lo referente al matrimonio y la adopción. Esta sanción no es una sanción menor, ya que pone en juego parte de lo que todavía una gran porción del pueblo argentino considera como "familia tradicional". En este sentido, la República Argentina ha dado un gran paso en la modernización de sus legislación en lo referente a la concepción integral de la familia, en base a una concepción más integrativa y menos discriminatoria.