En este trabajo se examinan las diferencias de género en la probabilidad de experimentar privaciones múltiples. Para medir pobreza en la Argentina se aplica la metodología multidimensional propuesta por Alkire y Foster (2008 y 2011) sobre datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH). La estrategia empírica usada para identificar los determinantes profundos de la pobreza y de la brecha de género va desde una descomposición del índice de pobreza multidimensional (M_0) hasta descomposiciones microeconométricas basadas en Blinder (1973), Oaxaca (1973), y Yun (2005).Se encuentra que efectivamente existe una brecha de privaciones entre hogares con jefatura masculina y hogares con jefatura femenina, y que ésta no sólo que no disminuyó sino que aumentó en la última década. Además, podemos afirmar que los hogares regidos por jefas son más proclives a ser pobres no por una actitud discriminatoria hacia las mujeres, sino porque las mujeres jefas de hogar tienen ciertas desventajas en dotaciones básicas.