El redescubrimiento de una autora fundacional como Juana Manuela Gorriti, una proscripta en configuración de la nación argentina, permite prestar atención sobre el género vedado en nuestra literatura: El gótico. Autoras como Mariana Enriquez y Samanta Schewlin son grandes referentes del gótico contemporáneo argentino. Herederas de la tradición de Cortázar, Borges, Bioy, Sábato, muchas veces se olvida o se deja pasar a los predecesores góticos de estos autores. Juana Manuela Gorriti funda el gótico en el Río de la Plata, pero permanece proscripta hasta los 200 años de la patria y su nacimiento. Recuperar a la autora fundacional permite observar una mirada irreverente dentro de los distintos discursos que configuraron el ser argentino. Que una autora gótica y fundacional haya sido ignorada hasta hace unos pocos años, no tiene nada de accidental, y tiene todo que ver con el ser argentino que se pretendía lograr. La proscripta de la literatura deja de lado los discursos maniqueos, es indigenista, moderna, unitaria de cuna, prócer de la patria, mujer del interior y defensora del gaucho. Juana Manuela viene a destruir los arquetipos que nos configuran.