El nacimiento de la tecnología televisiva es posterior a la constitución de la esfera pública. Sin embargo, es a partir de su emergencia que se producen cambios sustanciales en las prácticas sociales. Con la aparición de los medios gráficos la agenda pública comienza a relacionarse con los soportes de la comunicación masiva. El desplazamiento que plantea Habermas, acerca de la colonización del mundo de la vida por parte de la razón instrumental encuentra en la televisión un soporte funcional a los discursos hegemónicos que constituyen dicha agenda. La implicancia de la TV, con su consecuente desarrollo tecnológico y discursivo, no llega solamente a la producción massmediática sino, también, a las instituciones políticas. En efecto, al tiempo que la expansión de los medios audiovisuales modifica violentamente el régimen de información, se transforman también las prácticas políticas y, en consecuencia, sus géneros discursivos y sus condiciones de producción, circulación y recepción. Trataremos de dilucidar estas transformaciones mediante el análisis diacrónico de dos casos similares en relación con un género político específico: el debate Tosco –Rucci (Las dos campanas, Canal 11, 13/2/1973) y el de Bravo – Etchecolaz (Hora Clave, Canal 9, 28/8/1997).