En las primeras líneas del diálogo Sofista, los interlocutores acuerdan investigar la figura homónima con el objeto de ofrecer una definición de su naturaleza y diferenciarla así de las figuras del político y el filósofo. El personaje Extranjero emprende la tarea mediante el método de la división que se extiende desde 219a hasta 236d y en este largo segmento del diálogo se alcanzan siete definiciones de la figura en cuestión. No obstante, la verdadera cuestión que parece iniciar la discusión del diálogo es la posibilidad de distinguir al verdadero filósofo del aparente, problema que se desata por la presencia de Extranjero (cuya condición filosófica es discutida por Sócrates y Teodoro) y deriva en la indagación sobre el sofista. Dado este panorama, es posible pensar que las definiciones del sofista que recorren la obra están al servicio de la tarea principal del Extranjero que es la de presentarse a sí mismo como filósofo. Por lo tanto, intentaremos demostrar que, en este sentido, la figura del sofista podría estar cumpliendo con dos funciones: por un lado, la de ejercicio diegético (en tanto representa, dentro del argumento del diálogo, un caso propedéutico previo a la analítica del no-ser que es el objeto de la dialéctica filosófica del Extranjero) y, por otro lado, la de personaje extra-diegético (en tanto representa, fuera del diálogo, una especie de actor, contracara del filósofo). Finalmente, dejaremos planteada la posibilidad de que el prometido diálogo Filósofo ya sea el diálogo Sofista.