La elaboración de este trabajo, tiene por objeto plantear si existen códigos de convivencia, si es aceptable deducir normas consuetudinarias, y cuál es la visión de lo justo hoy en las sociedades marginales como los pabellones de los penales. Si hay una subordinación parcial o ignorancia de normas superiores, en tanto la individualidad de estas comunidades permiten una organización socio política donde cada actor social pareciese gozar de una libertad y responsabilidad distante a las estructuradas por un poder hegemónico, aún sea este democrático. Y si en esta libertad/responsabilidad se otorgara validez a un norma superior establecida por la costumbre o por el actuar positivo. A través de la analogía de sociedades marginales del antiguo régimen y actuales, intentaré demostrar si ambos ordenes sociales poseían sanciones socialmente organizadas y consistentes en privar ciertos derechos y beneficios, en forma coercitiva. Concretamente, si en estas se emplean técnicas de amaestramiento, procedimientos de dominación, y sistemas para obtener obediencia o es un racional y justa convivencia quien las decreta. Las técnicas utilizadas fue la interpretación microhistórica de personajes a través de documentos y literatura contemporáneos a estos, y su interpretación acorde al tiempo de la exposición. En lo referente a pabellones penitenciarios es la narrativa de internos el material preferentemente utilizado. Es dentro de esta métodologia que se presenta la hipótesis de la existencia de un código de convivencia consuetudinario en toda sociedad marginal.