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Civilización y Barbarie: una idea a revisar
Moreno, María Luz.
XV Congreso Nacional de Filosofía. Asociación Filosófica de la República Argentina, buenos aires, 2010.
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Resumen
Al presentar la idea de Civilización y Barbarie, tal como se presenta en la formación del Estado Argentino tiene su desarrollo máximo con el ascenso de las clases criollas latifundistas y específicamente con la instauración de ciertas políticas de tono positivista con ideales de ilustración. Sin embargo se deja traslucir un problema mayor acerca de la identidad y la cultura latinoamericana en esta dicotomía.La idea de civilización y barbarie nace desde la conquista de América y sus políticas de conquista- colonización, sin embargo su máxima expresión y desarrollo se dará a finales del siglo XIX, en el marco de los procesos de emancipación latinoamericanos. Desde el comienzo se pone de manifiesto esta acción civilizadora de los conquistadores sobre la población originaria, la barbarie. Sin embargo su auge como expresamos anteriormente se da a fines del siglo XIX, en el Facundo de Domingo Faustino Sarmiento que a su vez sustenta cierto desarrollo político y cultural del estado emergente. En la obra de Sarmiento se pueden rastrear diferentes formas de antagonismo civilización/barbarie, federalismo/unitarismo, etc. Que expresan de manera tajante que la gran multiplicadora de barbarie es la naturaleza, que si bien tendrán una veta poética que será rescatada por el autor, aparece como la justificación de todos los males argentinos: la extensión. Con esto último Sarmiento se refiere específicamente a la pugna por la instauración de un estado liberal que permita el desarrollo cultural y económico sirviéndose del modelo inglés y europeo respecto de sus ideas de civilización en un país disgregado por la economía latifundista. Una característica de importancia en el trabajo del Facundo es subrayar que las inmensas distancias entre las comunidades de la pampa y las condiciones tan rurales y aisladas de la población contribuyen al fracaso del sistema político y educativo y, en efecto, a la barbarie inevitable de la gente. Esta dispersión se debe a la falta de todos los medios de la civilización y el progreso que no pueden desenvolverse sino a condición de que los hombres estén reunidos en sociedades numerosas. Por lo que desarrollara a través de la figura del caudillo Facundo Quiroga que resultara el personaje que representara todas las características de la naturaleza bárbara que al mismo tiempo representara al Caudillo Juan Manuel de Rosas que gobernara Buenos Aires desde 1835 a 1852. Facundo será un personaje originariamente sobresaliente, comparándolo en ocasiones con personajes de la talla del mismísimo César, Tamerlán o Mahoma, responsabiliza al medio, la Pampa argentina, de su conversión a un personaje caracterizado por la barbarie. Se trata del gaucho que desembocará posteriormente en la figura del caudillo. Específicamente la figura de Rosas como el caudillo tirano de Buenos Aires que no permitirá la centralización del poder y el desarrollo del estado liberal progresista.A lo largo de este trabajo expositivo pretendemos retomar este tópico clásico en la historia argentina de Civilización y Barbarie, pero no solo tomando esta concepción a desarrollar, sino apropiándonos del verdadero sentido de esta contraposición respecto del origen y la formación del estado. Con lo cual apelaremos al revisionismo histórico de Arturo Jauretche, quien desarrollara esta noción del ?zonzo? como alguien desabrido, soso, sin sal, etc. Sin embargo el carácter de la zoncera tomará un matiz más esencialista al considerar que esta descripción remite a aquellos intereses comunes que son desviados o inutilizados a través de algunas sentencias que se establecen como ciertas. Cada una de esas zonceras responde a ciertos intereses y fines tanto políticos como pragmáticos, que posteriormente se deforman para transformarse en principios. Además la zoncera parece funcionar como un mecanismo de reproducción del orden establecido, significando el sometimiento de una u otra manera a la política colonial, pero más aun a la herencia colonial que se desprende de la imposición en América de un sistema feudal tardío basado en una economía latifundista, exportadora de materias primas y sin desarrollo alguno de la industria.Observar desde esta mirada crítica la idea de Civilización y barbarie, nos muestra cómo ante lo diferente, a lo no europeo, a lo originario, las políticas para el progreso debían exterminar lo bárbaro para civilizarnos. Jauretche claramente plantea que este dilema entre civilización y barbarie tendió a negar la herencia cultural originaria, sosteniendo un modelo en vistas a la civilidad europea. Progresar no significaría evolucionar desde la propia naturaleza americana, sino más bien sustituirla o importarla. Para Sarmiento fomentar este tipo de individuo pensante ?a la europea? debía fomentar una educación en las modernas disciplinas del saber: las ciencias, las humanidades, las artes, la literatura y la historia. Y así, crear la sociedad liberal que, en 1845, con el tirano Rosas en el poder, no existía en Argentina. El proceso de civilización de la futura República Argentina requería a su vez de otro importantísimo factor: facilitar la inmigración europea para así poblar la vacía geografía argentina, para superar el mal de la extensión que Jauretche revisara como otra zoncera a favor de la impronta liberal. A su vez, este proceso implicaba la aniquilación del indio, al que calificaba de salvaje y, por tanto, como una amenaza de volver al estado bárbaro sino se eliminaba de la faz argentina. Aquí es donde la propuesta revisionista nos permitirá abordar esta temática desde una mirada original que no parece agotarse en el análisis de este tópico cultural, sino que vislumbra un correlato directo con las ideas del proceso independentista iniciado en 1810 en nuestro país. Es decir, retomar el antagonismo que se presenta en civilización y barbarie nos abre el panorama respecto de la ideas de la revolución de Mayo con relación a sus desarrollos y factibilidad dentro de la formación del estado nacional. Abordaremos así esta temática por medio de la lectura crítica del Facundo de Domingo Faustino Sarmiento, Los profetas del odio y el Manual de zonceras argentinas de Arturo Jauretche, que permitirán reponer una doble mirada acerca del desarrollo histórico, político y cultural de la Argentina. También nos valdremos de algunos textos históricos para poder rastrear el análisis que realiza Jauretche. Retomando algunas líneas planteadas por Eduardo Azcuy Ameghino, y señalando también el análisis de la dependencia Argentina que realiza José María Rosa.
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