Es ya un lugar común para buena parte de la crítica literaria o de la historia de la literatura, sostener que durante la extensa Edad Media no existió nada comparable al género de la utopía. Si bien concordamos en que el género nace y llega a su apogeo durante el Renacimiento, no creemos en una afirmación tan terminante. Consideramos que si bien la utopía no existió durante la Edad Media, sí hubo textos breves que pudieron haber prefigurado el género y que contienen muchos de los elementos narrativos que luego ampliará y hará nuevos Tomás Moro. La isla de Bragmep, del Libro de las maravillas del mundo de Juan de Mandevilla, es quizás uno de esos relatos cuya lectura trae indefectiblemente a la memoria reminiscencias utópicas que intentaré puntualizar en mi trabajo.