Althusser sostiene que la categoría de sujeto es un elemento constituyente de toda ideología, por lo cual la terna “ideología-interpelación-sujeto” posee carácter omnihistórico. Un inconveniente de esta tesis es la asociación del término ‘sujeto’ con la ideología burguesa. Los intérpretes han señalado la idea de que “la encontramos funcionando bajo distintos nombres, como ‘alma’ o ‘Dios’” (Ferreter, 2006: 88). Otros han vinculado la noción de sujeto con la teoría de la lectura y la epistemología empirista que Althusser hizo el blanco de sus ataques: “la categoría de sujeto puede llenar la función de la ideología (...) porque presupone la noción de una complicidad subyacente y predeterminada entre el sujeto y el objeto” (Callinicos 1978: 62) Estas respuestas poseen dificultades. La supuesta identidad de función contribuye a condición de que comprendamos cómo los diversos mecanismos (sujeto, alma, Dios) cumplen con la misma. En el segundo caso, la formulación oscurece el hecho de que las ideologías están hechas de prácticas y no de ideas. Para intervenir en este entramado de problemas nos proponemos tomar algunas indicaciones sobre la “evidencia del significado” que han sido desarrolladas por Michel Pêcheux. En particular reflexionaremos sobre a constitución de los individuos en sujetos en la ideología, su “reclutamiento” y la exhaustividad que le compete. Nos apoyeremos en este desarrollo en algunas observaciones de Wittgenstein, en particular en Sobre la certeza y las Investigaciones filosóficas.