Integramos un equipo de trabajo de formaciones y recorridos muy diversas. Desde hace varios años nos vamos encontrando en el trabajo con jefas de familia en procesos de criminalización de la pobreza. Este año decidimos conformarnos como equipo de trabajo, en el marco de una propuesta de Extensión que estamos diseñando, que recupera un recorrido previo con familiares de detenidos e integra las trayectorias singulares en espacios socio ocupacionales, para avanzar en una línea de trabajo que hace eje en los procesos de criminalización de mujeres e identidades y plurales que se desempeñan como jefas de familia. Del amplio conjunto de derechos expropiados, seleccionamos: la violencia de género que se agudiza en contexto de encierro -ya sea en contexto carcelario o domiciliario-, la pena extendida a las familias, especialmente hacia las niñeces, propiciando la desvinculación de sus referentes socio afectivos, y la violencia obstétrica. Seleccionamos estos tres aspectos particularmente porque en su configuración intervienen tanto el poder judicial, en sus disposiciones y prácticas violentas, como el poder ejecutivo, con políticas y estrategias que refuerzan estereotipos y marcas morales acerca de mandatos sociales que se constituyen en formas accesorias de pena tanto para mujeres e identidades disidentes como para las niñeces vinculadas. El trabajo que venimos realizando colectivamente, procura incidir en estos procesos incorporando saberes y enfoques novedosos desde estrategias transdisciplinarias que potencien sus proyectos de vida desde un feminismo popular y antipunitivista, que dé cuenta de las múltiples opresiones que atravesamos mujeres e identidades disidentes. Nos encontramos en una primera etapa de análisis cualitativo que aporte a la transformación de las respuestas estatales para estas problemáticas.