En el presente artículo relataremos la experiencia vivida durante el año 2019 en un trabajo de extensión que realizamos en conjunto con la Mesa de la Diversidad Sexual de Río Cuarto. Con la convicción de que ese encuentro era fundamental para pensarnos a nosotres mismos y a les otres con les que nos vinculamos, emprendimos la tarea de construir saberes nuevos, rompiendo de algún modo esa perspectiva academicista centrada en el lugar del supuesto saber, para reconocer otros saberes, provenientes de otres actores, con prácticas, compromisos éticos y políticos diversos. Dicho encuentro, fue visto como una oportunidad para desarrollar capacidades que no se logran en otras prácticas como la docencia o la investigación, aunque se vinculen a éstas. Recuperar las voces y los modos de hacer de otres muchas veces silenciades, fue el motor de este proyecto que nos transformó y nos interpeló desde lo personal y lo político. Trabajar desde la horizontalidad, alumnes, docentes e integrantes de la organización también se constituyó en un modo de hacer, en una forma de articular y formar equipo. Sin dudas la extensión adquiere sentido por muchos motivos, por esta horizontalidad que supone el trabajo, por el desafío de acercarnos a otres con sus resistencias y disposiciones, pero fundamentalmente la extensión es fundamental para derribar los muros que muchas veces nos hacen trabajar en la comodidad de un ambiente que nos es conocido. Salirnos, siempre, supone un esfuerzo que deviene luego en transformación.