Hoy asistimos al surgimiento de un nuevo medio: el meta-medio del ordenador digital, el cual tiene capacidad de agencia, es decir, las máquinas participan en la producción de sentido, creando la impresión de la realidad. La realidad virtual, la telepresencia y la interactividad se han hecho posibles gracias a la reciente tecnología del ordenador digital. Ha manado una nueva forma de comunicación interactiva caracterizada por la capacidad de enviar mensajes de muchos a muchos en tiempo real. A esto, Castells la llama autocomunicación de masas. Esta multidireccionalidad ayuda a que el conocimiento sea creado en colaboración y documentado en las redes sociales en ámbitos de cooperación, y así el intercambio y la co-creación de conocimiento se convierten en valores agregados de las actividades de networking. No obstante, hay quienes señalan que las redes sociales, presentadas como software colaborativos, se articulan en torno a la biografía del usuario desde que abre su cuenta, ofreciéndole una identidad objetivada. Así, el “Like” se vuelve síntoma y expresión de la máquina publicitaria del capitalismo globalizado, en donde el producto es la propia biografía. Entonces la aparente libertad que nos ofrecen las redes sociales se desvela así, como algo más que un instrumento de comunicación política, y aparece como una nueva expresión de lo que Foucault llama la ironía del dispositivo, nos hace creer que en él reside nuestra liberación. Asimismo, hay que considerar que, en las redes sociales, la misma persona puede tener múltiples identidades (Baeza-Yates, 2009), o incluso existir identidades falsas como los bots, software que busca interactuar y publicar de manera automatizada. De esta manera, el objetivo de este trabajo es indagar en la producción de sentido y en la circulación del conflicto desencadenado por el apoyo a algunas noticias políticas en redes sociales y la denuncia de bots de dicho apoyo.