La presente ponencia expone una experiencia de intervención sociocultural situada, desarrollada en Alta Gracia, Córdoba, mediante un coro integrado por personas mayores que realiza presentaciones en hospitales, escuelas, museos y centros comunitarios. Esta propuesta artística se despliega como un dispositivo y práctica de salud colectiva, inclusión cultural y participación social, promoviendo el protagonismo de las personas mayores en espacios públicos y comunitarios. Desde el enfoque de la territorialidad de Madoery (2001), se interpreta al territorio como una construcción social activa, donde actores tradicionalmente marginalizados —como las personas mayores— resignifican su lugar y funciones a través de la acción colectiva. Esta experiencia interpela la centralidad del Estado en la provisión de bienestar, evidenciando cómo dispositivos culturales alternativos pueden operar como formas complementarias o sustitutivas de intervención social. El coro se presenta como una herramienta de intervención que integra lo expresivo, lo afectivo y lo político, articulando sentidos de pertenencia, memoria colectiva y derecho a la visibilidad. En consonancia con los aportes del trabajo social situado (Grassi, 2012; De Certeau, 1996), se reivindica una praxis enraizada en las condiciones concretas de vida, orientada a la transformación de los vínculos comunitarios y al fortalecimiento de las capacidades individuales y grupales de las personas mayores. El trabajo propone reflexionar sobre los límites de la intervención estatal en contextos de creciente descentralización y sobre el potencial de las prácticas culturales como dispositivos de cuidado, promoción de derechos y democratización del espacio público. A su vez, contribuye al debate sobre la formación profesional en Trabajo Social en clave interdisciplinaria, incorporando herramientas del arte y la gestión cultural como estrategias de intervención social.